sábado, 7 de febrero de 2009

CARIDAD SIN APELLIDO


A Pedro Dormido.
Los hermanos del Baratillo lo saben. La Virgen de la Caridad en su Soledad ha perdido el apellido. Porque ya no está sola, ni lo estará jamás. La Piedad tiene a su hijo en brazos, pero la Virgen de la Caridad permanecía sola en su altar y sola en su palio. Y eso tú no lo podías consentir. Por eso decidiste subir a lo más alto. Para buscarla. Para hacerle compañía. Y tu tocayo, al verte llegar a las mismas puertas del Cielo, no te las abrió, sino que directamente te dio el manojo de llaves para que entraras y fueras tú mismo a su encuentro. Sin más intermediarios. Igual que cuando estabas junto a ella en la capilla. Hablándole de tú, como se le habla a las madres, a las personas a las que se quiere más que a nadie.
Los hermanos del Baratillo lo saben. El año que viene, el Miércoles Santo, la Virgen de la Caridad no recorrerá sola las calles de Sevilla. Porque bajo su palio estarás también tú. Como un San Juan del siglo XXI. Estarás con ella. Susurrándole al oido cada nota de “Caridad del Guadalquivir” y de la “Salve Baratillera”. Jugando con las bellotas de su palio para hacerlas sonar mejor y más fuerte que nunca. Protegiendo la candelería del aire para que no se apague ni una vela y no dejen nunca de iluminar su bendito rostro. Retirando cada gota de cera que caiga sobre la orfebrería antes de que se enfríe y facilitar así la posterior labor de tus compañeros. Y cobijándote luego bajo su manto, cuando la noche de Miércoles sea ya madrugada de Jueves, y te duermas reviviendo cada chicotá, cada marcha, cada levantá...
Los hermanos del Baratillo lo saben. La Virgen de la Caridad en su Soledad ha perdido el apellido. Porque ya no está sola, ni lo estará jamás. Porque tú, Pedro, decidiste subir a los más alto para estar con ella. Para hacerle compañía. No estará nunca más sola, Pedro. Ni tú tampoco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario