jueves, 2 de agosto de 2012

EL CARMEN, SIEMPRE, DE SANTA CATALINA


Hace cien años fue declarado monumento nacional y hace ocho fue cerrada por la necesidad de una restauración que no llega. No ha tenido la misma suerte que el Salvador (pese a haber pasado de ser una parroquia a una iglesia-museo 'pay per pray'), con la que Sevilla entera se volcó en los estertores de la famosa burbuja. Por eso, la iglesia de Santa Catalina y su solitaria palmera superviviente tuvieron que conformarse el pasado 16 de julio con ver pasar de largo a la Virgen del Carmen, la que aún hoy, y seguro que para siempre, tiene nombre y apellido: el Carmen de Santa Catalina.
Es la única Virgen del Carmen que procesiona en su día, el de su festividad. Y eso que este año era lunes. Esa misma mañana, en la Parroquia de San Román, asilo político de las tres hermandades de Santa Catalina, los miembros de la cofradía se afanaban en adornar el pequeño paso de palio con rosas y otras pequeñas flores de tonalidades claras.


A las nueve de la noche (en realidad, de la aún calurosísima tarde) inició su salida procesional el cortejo, que iba precedido por la Banda de Cornetas y Tambores Varón de Dolores, de la Hermandad del Sol.




Al igual que ocurre en la Hermandad del Cerro, lo primero que se le interpreta a la Virgen del Carmen es el Himno de Andalucía, seguido del de España. Lo hizo la Asociación Musical de La Algaba, que fue la encargada de acompañar a la Virgen. La salida es uno de los momentos más destacados por la dificultad de la puerta ojival. Ni en la hermandad ni entre los cofrades se olvida la desastrosa maniobra de salida de 2010. La primera marcha en la misma Plaza de San Román fue "Rocío", con la que se dirigió a la calle Sol.













Al llegar al templo de Los Terceros, que el año pasado visitó ya de vuelta, el paso se situó frente a la puerta, donde se encontraba una representación de la Hermandad de la Cena. En ese momento la banda interpretó la marcha "María Santísima del Subterráneo", en honor a la dolorosa de la cofradía del Domingo de Ramos. Tras una ofrenda floral, el paso continuó su camino.








Uno de los momentos más significativos del recorrido fue el paso por Santa Catalina, donde se concentró muchísima gente. Afortunadamente, de un tiempo a estar parte ha surgido un incansable movimiento ciudadano que reclama la restauración del templo. Quizá por ello eran muchas las personas que entendían lo emotivo que resultaba ver a la Virgen del Carmen pasar por su casa. El palio incluso se paró delante de la portada principal, la que vino desde Santa Lucía.








La siguiente parada fue frente a la Parroquia de San Pedro, en la desembocadura de la pequeña calle que conduce al templo del Buen Suceso, donde habita también la extendida advocación del Carmen. Un grupo de devotas y uno de los frailes carmelitas de dicho templo cantaron la Salve ante la imagen, concluyendo con un "¡Viva la Virgen del Carmen de Santa Catalina!". La Hermandad de los Gitanos, que había formado parte del cortejo con una representación encabezada por su hermano mayor, José Moreno, lo abandonó en este punto.








El pequeño palio tomó entonces la estrechez de la calle Santa Ángela de la Cruz, donde la esperaban las hermanas que tantas vírgenes ven pasar ante sus puertas a lo largo del año. Ante ellas se detuvo la Virgen del Carmen a los sones de "La Madrugá", mientras que para despedirse del convento se interpretó "Coronación de la Macarena", marcha que fue recibida con un intenso aplauso por los presentes.









Las monjas del cercano Convento del Espíritu Santo no estaban en la puerta como el año pasado, por lo que, sin detenerse, el cortejo continuó por la calle Dueñas hacia Doña María Coronel y Gerona, volviendo a pasar por la Plaza de Los Terceros, en el pequeño rodeo que dio la procesión en su regreso a San Román.











En este punto, la Virgen del Carmen tomó la calle Bustos Tavera en dirección al antiguo Convento de la Paz, donde la esperaba con las puertas abiertas la Hermandad de la Mortaja, ante la que el palio se volvió mientras la banda interpretaba "Amarguras".





Posteriormente, el cortejo continuó su camino hasta la Plaza de San Marcos, donde reviró doblemente para meterse en la calle Socorro de vuelta hacia la Plaza de San Román.






Pasados unos minutos de la una de la madrugada, hacía su dificultosa entrada de nuevo en su sede provisional (y ya van ocho años y nueve salidas procesionales) la Virgen del Carmen de Santa Catalina, poniendo así fin a una intensa jornada cofradiera en la tarde noche de un lunes de verano.










El repertorio musical completo de la salida procesional de la Virgen del Carmen de Santa Catalina fue el siguiente: "Rocío", "Esperanza de Triana Coronada", "María Santísima del Subterráneo", "Macarena", "La Estrella Sublime", "Pasan los Campanilleros", "Virgen de la Paz", "Aniversario Macareno", "Callejuela de la O", "La Madrugá", "Coronación de la Macarena", "Candelaria", "Triana de Esperanza", "Hosanna in excelsis", "Caridad del Guadalquivir", "A ti, Manué", "Virgen de los Ángeles", "Amarguras", "Cristo en la Alcazaba", "Virgen de Montserrat", "Soleá dame la mano" y "Encarnación Coronada".

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