Pasados los actos centrales de la celebración del XXV aniversario de la coronación canónica, con la misa estacional en la Catedral y la procesión extraordinaria del pasado fin de semana, María Santísima de las Angustias Coronada estuvo expuesta en besamanos los pasados 31 de octubre y 1 de noviembre en el Santuario de los Gitanos.
Ante un enorme cortinaje rojo que cubría por completo el altar del templo, la Virgen de las Angustias estaba ubicada en el presbiterio, con un montaje muy sencillo en el que lo importante era realzar a la dolorosa, que vestía saya blanca y el manto azul pavo de Carrasquilla sobre el que, a modo de toca de sobremanto, llevaba la mantilla de la fotografía de Haretón que ya lució de tocado en la salida extraordinaria. Así lo decidió su vestidor, Antonio Bejarano. En la mano izquierda portaba una rosa de pasión y un rosario, mientras que sobre el corazón tenía el puñal de oro.
Tras ella, un dosel de color burdeos con bordados en oro y cuatro grandes candeleros con cera blanca. En cuanto a las flores, se utilizaron principalmente calas blancas repartidas en jarras a lo largo del altar.
Mientras tanto, Nuestro Padre Jesús de la Salud ha mantenido durante estos días un papel secundario, dejando que se luciera su Madre en unas fechas tan significativas. El Señor ha estado recibiendo culto en la Capilla Sacramental, en el que fuera el retablo de la hermandad en San Román.
Por último, hay que destacar que la pintura original del polémico cartel del XXV aniversario de la coronación canónica de la Virgen de las Angustias, obra de Francisco Betanzos Gil, estaba expuesto en una capilla del lado de la Epístola del Santuario.
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