domingo, 3 de noviembre de 2013

ELEGANCIA EN LA SALIDA PROCESIONAL DEL ROSARIO DE SANTA CATALINA


Si se le puede poner un adjetivo a la salida procesional de la Virgen del Rosario, de la Hermandad del Carmen de Santa Catalina, ése es sin duda elegante. La elegancia estuvo presente en todo momento en la procesión de esta talla anónima considerada Patrona de la feligresía de Santa Catalina, pero que quizá hoy, unida como está a la devoción del Carmen, pase un poco más desapercibida.
La salida estaba anunciada para las seis y media de la tarde del pasado viernes, pero minutos antes la Banda de Cornetas y Tambores Varón de Dolores, que abría el cortejo, avanzaba ya por la calle Socorro. Seguidamente, bajaba la pequeña rampa situada ante la puerta de San Román la cruz de guía y ciriales, y detrás el magnífico Simpecado de la corporación. A continuación figuraban las representaciones de las hermandades de Santa Lucía y la Exaltación, el estandarte del Carmen de Santa Catalina y la presidencia, donde se encontraba también el hermano mayor de los Gitanos, José Moreno, así como una representación de la Armada Española.







Pronto asomó por la puerta ojival el paso de María Santísima del Rosario, que tendrá que enfrentarse en los próximos años a un largo proceso de dorado. Hay que recordar que hasta el estreno de estas andas la Virgen del Rosario procesionaba sobre el paso de la Virgen del Carmen, aunque sin palio. Este año se estrenaba la peana, donada por la cuadrilla de capataces y costaleros, y realizada, aún sin tallar por completo, por Julián Sánchez.
Antes incluso de que el paso saliera a las calles, la Asociación Musical de La Algaba interpretó el Himno de Andalucía, algo característico de esta hermandad, dado que el 16 de julio ocurre lo mismo con la Virgen del Carmen. Después, ya con el paso atravesando el dintel, sonó el Himno Nacional y el paso se plantó en medio de la Plaza de San Román. Antes de revirar hacia Socorro, el capataz, Luis Miguel Fajardo, dejó que el párroco de San Román, Manuel Cotrino, realizara la levantá y a continuación sonó la marcha "Rocío".





















Y otro párroco, el de Omnium Sanctorum, Pedro Juan de Dios Álvarez Barrera, predicador de los cultos de la Virgen del Rosario de este año, fue el encargado de llamar al paso para introducirse en la calle Socorro. Aquí, el paso, exornado totalmente con gladiolos blancos, avanzó a los sones de "Reina de San Román", para seguir posteriormente con "La saeta". La Virgen del Rosario, que vestía manto rojo y saya blanca, se detuvo ante el colegio Luisa de Marillac y ante el Convento del Socorro, cuyas religiosas cantaron la Salve. Una de las hermanas también tocó el martillo del paso antes de continuar.















Una larga chicotá siguió a continuación, a los sones de "Sevilla cofradiera", desde la puerta del Convento del Socorro hasta bien entrada la calle Bustos Tavera, tras pasar por la Plaza de San Marcos.









Por Bustos Tavera la Virgen del Rosario fue ganando metros con la marcha "Margot", alguna chicotá a tambor y, llegando a la puerta del antiguo Convento de la Paz, donde esperaba una representación de la Hermandad de la Mortaja, con "La Estrella Sublime". El paso se situó frente a la puerta y allí quedó detenido durante algunos minutos.














En el cuidado y elegante repertorio interpretado por la Asociación Musical de La Algaba, tocaba ahora "Hosanna in excelsis" para que la Virgen del Rosario se alejara del Convento de la Paz. Y después, cambió radicalmente el estilo cuando el paso salió a la Plaza de los Terceros con "Callejuela de la O". 
En las terrazas de los bares de esta zona había unos cuantos turistas que pasaban el puente en Sevilla y que preguntaban insistentemente qué Virgen era la que estaba pasando ante sus ojos. Son las sorpresas que depara la ciudad para el visitante. Por cualquier rincón puede aparecer una cofradía.














A buen ritmo, el paso rodeó la añorada iglesia de Santa Catalina con una doble interpretación de "Macarena", de Abel Moreno, hasta salir a Ponce de León en la confluencia con Juan de Mesa. Ahí se detuvo el paso antes de levantarse y seguir junto a los muros de su templo, del que la Virgen del Rosario lleva diez años sin salir, mientras la banda interpretaba "Virgen de Montserrat". Más adelante, tras una parada en el inicio de Almirante Apodaca, el paso continuó con "Candelaria".



















La siguiente parada estuvo justo delante de la puerta de la Parroquia de San Pedro, donde tuvo lugar un relevo de costaleros. A continuación, la Virgen del Rosario continuó hacia Santa Ángela de la Cruz a los sones de "Virgen de las Aguas".



Por delante quedaban más visitas de la Virgen del Rosario de Santa Catalina, al Convento de las Hermanas de la Cruz, al del Espíritu Santo y a la Hermandad de la Cena, antes de regresar por la calle Sol a la Parroquia de San Román. El tiempo dirá si ésta ha sido la décima y última salida de María Santísima del Rosario desde dicho templo o habrá una undécima.

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