martes, 27 de mayo de 2014

CHARITAS CHRISTI URGET NOS


Pasada la Cuaresma y la Semana Santa, el Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla sigue ofreciendo desde su sede de la calle Sierpes exposiciones cofradieras incluidas en el ciclo “Círculo de Pasión”. Es el caso de “Charitas Christi urget nos”, dedicada al quinto centenario de la Hermandad Sacramental de San Andrés, fusionada en 1982, después de muchos años de inactividad, a la Hermandad de Santa Marta.
La muestra, que se clausuró el pasado sábado, sirvió para reunir entre las dos salas del Mercantil, una dedicada a la cofradía penitencial y la otra a la sacramental, gran parte del patrimonio de la corporación del Lunes Santo y algunas curiosidades muy destacadas sobre su historia.
Empezamos este repaso en la sala blanca, que albergaba el patrimonio de la sección penitencial de la hermandad. Hay que recordar que la Hermandad de Santa Marta se funda en 1948 por parte de un grupo de hosteleros de la ciudad reunidos en torno al culto a su patrona, Santa Marta, en la Parroquia de San Bartolomé. Empezó, por tanto, como hermandad de gloria, hasta que pronto, el 28 de septiembre de 1949, se aprueban sus reglas como cofradía de penitencia.
En 1953 realizó su primera estación de penitencia a la Catedral con el misterio del Traslado al Sepulcro, escena escogida porque es la que permitía incluir a Santa Marta, que se supone que, por amistad, asistiría al entierro de Cristo, aunque no se menciona su presencia en ningún momento de la Pasión en las Escrituras.
Haciendo un repaso exhaustivo como siempre a todo lo expuesto, comenzamos a recorrer la sala de izquierda a derecha. En primer lugar, nos encontramos con una orla para convocatorias de cultos, dibujada a tinta por Cayetano González en 1957.


A continuación, veíamos la Bandera de Pasión, que forma parte del cortejo de la cofradía. Está formada por una cruz verde sobre fondo negro y cuenta con orfebrería en plata de ley de Emilio García Armenta, de 1953.


En el centro de una de las paredes de esta sala veíamos la cruz de guía, de madera en color negro con orfebrería de Armenta (1953), flanqueada por los faroles que la acompañan, realizados en plata de ley también por Armenta en 1956, y cuatro varas de presidencia, de plata de ley sobredorada labradas por Manuel Pérez Romero en 1948.





A ambos lados de estas piezas, se disponían las cuatro bocinas de la cofradía, con orfebrería de Armenta y paños bordados por Sobrinos de José Caro (1953), con escenas bordadas en sedas de colores en su centro, representando la Anunciación, la Natividad, la Crucifixión y el Descendimiento. Fueron pasados a nuevo terciopelo negro por Paleteiro en 1998.





Seguimos con el Guión de la Juventud, realizado íntegramente en plata de ley por Jesús Domínguez en 1972.


A su lado, se encontraba el Sinelabe, bordado por Artesanía Santa Bárbara en 2009, con asta de orfebrería de Emilio García Armenta de 1954. Junto a esta insignia estaban las dos varas que la acompañan en la estación de penitencia.


Siguiendo con las diferentes insignias del cortejo, se exponía también la que abre el segundo tramo de nazarenos, el Senatus, confeccionado en terciopelo negro con bordados de Sobrinos de Caro (1953) y pasado a nuevo terciopelo por Paleteiro en 1990. La orfebrería es de plata de ley de Emilio García Armenta (1953).



Junto al Senatus, la insignia de la Realeza de María, con bordados de Sobrinos de Caro y orfebrería en plata de ley de Armenta (1965). Fue pasado a nuevo terciopelo por Paleteiro en 1990. A ambos lados de esta insignia estaban los faroles que van junto a ella en las calles.




Otra insignia es el Banderín Parroquial, confeccionado en terciopelo y con bordados en oro y sedas por Sobrinos de Caro, y orfebrería en plata de ley de Armenta (1958). Ha sido pasado a nuevo terciopelo por Artesanía Santa Bárbara en 2014. Este banderín cuenta con dos cartelas que hacen alusión a las dos parroquias vinculadas con la hermandad. La de la izquierda es la cruz de San Andrés, mientras que la de la derecha es el emblema de San Bartolomé.


A su lado, encontramos uno de los faroles laterales del paso del Traslado al Sepulcro, realizados en metal plateado por Fernando Marmolejo (1953), restaurados y plateados en 2007.


Seguimos con la Bandera de Santa Marta, que presenta en su centro el acetre y el hisopo característicos de la santa. Esta insignia es obra de José Ramón Paleteiro en 2007. La flanqueaban dos varas con orfebrería de Armenta (1953-1958).




A su lado se encontraba uno de los ciriales de plata de ley de Emilio García Armenta, de 1953.


También se exponía la insignia con el lema de la hermandad, el que da título a la exposición, “Charitas Christi urget nos”. Cuenta con orfebrería de Armenta y bordados en oro sobre terciopelo negro de Sobrinos de Caro (1958).



En esta muestra hemos podido ver también el diseño original del paso del Traslado al Sepulcro, de Guillermo Bonilla (1951). El diseño está dibujado a tinta, acuarela y pastel. Llaman la atención los faroles, pensados en su momento para ser dorados y no plateados como finalmente se hicieron.


Bajo este diseño, se exponía un busto femenino de Luis Ortega Bru (1953), que recuerda a la Magdalena del misterio. Está realizado en barro cocido.



Continuamos con dos antiguas insignias de la hermandad: el Sinelabe de Sobrinos de Caro (1954), y el Estandarte fundacional, de Manuel Elena Caro (1948).



Una de las más destacadas e interesantes piezas de esta exposición de la Hermandad de Santa Marta era la primitiva talla de la Virgen de las Penas, obra de Luis Ortega Bru, quien la realizó en madera policromada en 1953. No fue del gusto de la hermandad, dado que sólo salió un año, el de la primera estación de penitencia. Es una imagen de dolorosa madura, con rasgos de enorme dolor, aunque sin lágrimas. Actualmente se conserva en la casa hermandad, frente a la Parroquia de San Andrés.




A continuación, se podía ver la que fue la segunda Virgen de las Penas, también de Ortega Bru, tallada igualmente en 1953 una vez que fue descartada la primera. Es también de madera policromada y actualmente forma parte del paso de misterio como María Cleofás, personaje no incluido en un principio en el conjunto escultórico. En esta nueva talla, Ortega Bru trató de dulcificar algo más los rasgos de dolorosa. Sin embargo, tampoco convenció a la hermandad, que en 1957 acabaría por encargarle a Sebastián Santos Rojas, imaginero de gran fama y reconocimiento en aquellos años, especialmente para la talla de dolorosas, la actual Virgen de las Penas, que saldría por primera vez el Lunes Santo de 1958.




De Ortega Bru también se exponía el boceto en barro cocido del Santísimo Cristo de la Caridad, modelado en 1952 para presentarlo a la hermandad y que diera su visto bueno.




Sobre el boceto, veíamos una foto de Jesús Martín Cartaya tomada el 10 de marzo de 1981, durante la celebración de un vía crucis del Cristo. Su autor, Luis Ortega Bru, aparece en primer plano llevando las andas de la imagen en la que dejó su propia sangre.


Flanqueaban al boceto del Cristo de la Caridad dos de los ángeles de madera estofada y policromada tallados por Ortega Bru para las esquinas del paso de misterio. Los otros dos estaban en otra parte de la sala. Fueron realizados en 1953. Estos ángeles portan un martillo, una corona de espinas, una lanza y una escalera.







Y otra de las Marías del misterio, en este caso María Salomé, también se expuso en esta muestra para su detenida contemplación, algo que apenas puede hacerse en la calle cuando el paso camina con su celeridad habitual. Esta talla es también de Ortega Bru, realizada en madera policromada en 1953.




El propio Luis Ortega Bru se encargó de realizar un posible diseño de paso para el misterio del Traslado al Sepulcro en 1952, que finalmente no se ejecutó, decantándose la hermandad por el de Guillermo Bonilla. El boceto de Ortega Bru, que mide 25x18 centímetros, está pintado con tinta, témpera y pastel sobre madera.


Seguimos con un título de Hermano de Honor, realizado en pergamino miniado por Cayetano González en 1957. En este caso, se exponía el título de José Luis Ruiz Muñoz, uno de los hermanos fundadores y mayordomo primero de la Hermandad de Santa Marta. A él perteneció también una papeleta de sitio de la primera estación de penitencia que se podía ver debajo.



En una vitrina se exponía un relieve de la escena del Descendimiento, obra de Ortega Bru, de escayola estofada y policromada realizada en 1953.


A su lado, se podía ver un azulejo con la efigie de la primera imagen de Santa Marta que tuvo la hermandad. El azulejo es de Ramos Rejano (1948-1952) y procede de la Parroquia de San Bartolomé.


Otra curiosidad de esta exposición era una foto tomada en San Bartolomé el 29 de julio de 1948, en la primera función celebrada en honor de Santa Marta. Aparecen los hermanos fundadores y la junta de gobierno con varas y estandarte ante el altar de la santa.


Junto a la foto, se podía ver la vara de hermano mayor, labrada en plata sobredorada por Manuel Pérez Romero en 1948.


También llamaba la atención la presencia de la primitiva imagen de Santa Marta, la primera titular de la corporación. Es una imagen de los talleres de Olot, de 1948. Fue restaurada en 1981 por Luis Ortega Bru y Luis Sánchez Jiménez.




A lado de Santa Marta, se encontraba la pértiga con la imagen de la santa, labrada por el orfebre Emilio García Armenta en 1953.


Enmarcado veíamos el óvalo de Santa Marta, representada ya la de Sebastián Santos, que se situaba en el centro de la antigua Bandera de Santa Marta. Es una pintura al óleo de 1953.


También se expuso la convocatoria de cultos de la segunda función principal en honor de Santa Marta, celebrada el 29 de julio de 1949 en San Bartolomé y oficiada por el padre Tomás Castrillo Aguado.


Debajo, en una vitrina, veíamos dos incensarios, así como el hisopo y el acetre que suele portar en sus manos la imagen de Santa Marta, obra de Jesús Domínguez en plata de ley dorada de 1967.



En otra vitrina en el centro de la sala se exponía una auténtica obra de arte de gran interés artístico e histórico para la Hermandad de Santa Marta, como es la maqueta que Ortega Bru presentó a la cofradía en 1951 para su aprobación como misterio del Traslado al Sepulcro. Es de barro cocido y escayola patinada, y fue restaurada por Pedro Manzano en 2013.
La escena principal es prácticamente igual a lo que después llevaría a la madera, con el cuerpo de Cristo portado por José de Arimatea y Nicodemo, y la Magdalena agachada sosteniendo su mano derecha. Cambia la disposición del resto de figuras, ya que al no estar representada María Cleofás, vemos a Santa Marta en el lado contrario a la Magdalena, mientras que María Salomé aparece inclinada delante. Por su parte, como sucede en la actualidad, la Virgen de las Penas y San Juan se sitúan detrás.


También se exponían tres pequeñas imágenes muy curiosas. Así, veíamos un boceto de barro cocido de la Virgen con el Niño (Ortega Bru, 1953), un boceto de dolorosa de barro cocido y policromado (Sebastián Santos, 1951) y una imagen de serie de Santa Marta perteneciente a la Escuela de Hostelería (1946).




Terminamos esta primera sala con varias joyas y otros enseres. Así, veíamos la diadema de la Virgen de las Penas, de plata de ley sobredorada (Jesús Domínguez, 1968), varios encajes de la dolorosa, el puñal y el broche con la advocación Penas, la aureola de Santa Marta, de plata de ley dorada (Jesús Domínguez, 1967), los clavos que porta la santa en sus manos cada Lunes Santo, la aureola de San Juan Evangelista, de plata de ley dorada (Jesús Domínguez, 1968), varios pañuelos, broches, pendientes y rosarios, y las manos de la primitiva Virgen de las Penas (Ortega Bru, 1953).












Pasamos a la segunda sala, que estaba dedicada por completo a la Hermandad Sacramental de San Andrés. En el centro encontramos el palio sacramental, con bordados en oro sobre tisú de oro de escuela francesa, del siglo XIX. Fue adquirido en un comercio de antigüedades y estrenado en 2009. Cuenta con varas de metal plateado del XIX, restauradas en 2007. Bajo el palio se encontraba la Custodia de la Parroquia de San Andrés, realizada en el siglo XVIII en plata dorada.




Seguimos con el Arca del Monumento Eucarístico que se instalaba en la parroquia. Es de metal plateado de principios del siglo XX.


Junto al Arca veíamos precisamente una antigua foto de dicho Monumento Eucarístico ya desaparecido en el interior del templo. Era de madera y estaba pintado de blanco con filos dorados. Fue realizado en el siglo XIX.


En una vitrina veíamos dos manifestadores portátiles, uno de ellos del siglo XVIII, junto a dos candeleros de plata del siglo XIX pertenecientes a la parroquia.


A continuación, había un cirial de metal plateado y dorado labrado en el siglo XIX y restaurado en 2013.


A su lado se dispuso el Estandarte Sacramental entre dos varas. Tiene bordados procedentes del antiguo estandarte del Rosario de la Parroquia de San Andrés, pasados entre 1989 y 1990 por Joaquín Ojeda, y restaurado por Mariano Martín Santonja en 2013. En cuanto al asta, es de metal plateado del siglo XIX, restaurada por Manuel de los Ríos en 1990.






A su lado se encontraba el Guión Sacramental, bordado por Mariano Martín Santonja en 2014 y con un asta de metal plateado del siglo XIX.



Seguimos con dos pértigas de plata del siglo XVII, restauradas por José Jiménez en 1993.


A su lado, se colocó una pequeña talla de San Juanito, de autor desconocido, tallado en madera policromada y dorada en el siglo XVIII. Ha sido restaurada por Pedro Manzano en 2014.




La exposición nos mostraba también parte del patrimonio pictórico de la Hermandad de Santa Marta, como un lienzo pintado al óleo en el siglo XVIII en el que se ve la Custodia con el Santísimo Sacramento. Pedro Manzano lo ha restaurado este mismo año.


En una vitrina se situaron unas vinajeras y copones, un portaviático de plata dorada y piedras preciosas de Manuel Palomino (1809) y unas bandejas de metal plateado del siglo XIX.




Seguimos con una pintura de la Virgen del Rosario, perteneciente al círculo de Domingo Martínez (siglo XVIII), restaurada por Pedro Manzano en 2001.


Y este mismo año Manzano también ha restaurado un óleo sobre lienzo de la Inmaculada Concepción, del siglo XIX.


Del mismo estilo y época, y probablemente también autor, que la talla de San Juanito es la del Niño Jesús, restaurada igualmente por Pedro Manzano este mismo año.




A esta muestra la Hermandad de Santa Marta también ha llevado una fotografía de parte de las pinturas de la Capilla Sacramental de la Parroquia de San Andrés. En este caso, se veía la Alegoría de la Fe Triunfante, obra de Juan de Valdés Leal (1660-1670).


Precisamente, al lado de esta pintura se reproducía el grabado del autorretrato del propio Valdés Leal, datado alrededor de 1660 y conservado en la Biblioteca Nacional. El pintor y escultor Valdés Leal fue hermano de la Sacramental de San Andrés.


En una vitrina veíamos dos antiguos libros de Reglas de la Hermandad Sacramental. El primero contiene las Reglas aprobadas por el Consejo de Castilla en 1787; el segundo es el de 1955, año de las últimas Reglas como hermandad sacramental autónoma antes de su fusión con la penitencial de Santa Marta.



En el centro de una de las paredes de esta sala se realizó un montaje con una fotografía del Sagrario de San Andrés, realizado en plata por Amat en 1788 y restaurado por Manuel Jiménez Almagro en 2010; el frontal del altar del Sagrario, labrado en plata por Cayetano González en 1930; seis candeleros de cobre plateado y dorado del siglo XIX; y cuatro jarras de metal plateado del XIX. Remataba el montaje una foto de la Virgen del Rosario, imagen de madera policromada tallada por Valdés Leal en torno a 1670.









Precisamente, junto al montaje se mostraban dos fotografías de la misa de Statio Orbis presidida por Juan Pablo II en su segunda visita a Sevilla, en 1993. El frontal del Sagrario de San Andrés se utilizó para esta misa y junto a él se colocó la imagen de la Pura y Limpia del Postigo.


Veíamos a continuación seis sacras colgadas de la pared, tres de madera dorada y tres de metal plateado del siglo XIX, con diversas oraciones.




Bajo las sacras, se exponían dos convocatorias de cultos, de 1809 y 1838; un pectoral del pertiguero, de plata del siglo XVIII; y varias cortinas del sagrario y cubrecopones del siglo XIX, confeccionados con brocados y sedas con bordados en oro.





Y llegamos al final con un objeto de lo más curioso, como es un cerero, es decir, un objeto para depositar, guardar o transportar los cirios, realizado en madera policromada y metal en el siglo XIX.



Completamos así el recorrido por una exposición muy interesante que ha permitido conocer de cerca y de forma reposada gran parte del patrimonio cofradiero, alguno muy desconocido, de la Hermandad de Santa Marta, tanto de la parte penitencial como de la Sacramental de San Andrés, que con sus quinientos años de historia es una de las más antiguas de este tipo en Sevilla, fundada sólo tres años más tarde que la primera, la de la Parroquia de San Vicente.
Una muestra que, además, demuestra lo importante que fue la fusión entre hermandades para la conservación de un gran patrimonio que quizá habría acabado desaparecido para siempre.

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