jueves, 6 de noviembre de 2014

EL ROSARIO DE SAN VICENTE, CON EL MANTO DE LA VIRGEN DE LOS REMEDIOS


El pasado sábado tuvo lugar la salida procesional de la Virgen del Rosario de San Vicente, a la que de nuevo vimos sobre el paso de Nuestro Padre Jesús de la Divina Misericordia, aunque en este caso los candelabros que la iluminaban no eran los de la Virgen de la Cabeza de San Juan de la Palma, como en 2013, sino los del paso de la Divina Pastora de San Antonio de Padua, que quedaban quizá excesivamente altos. Además, en las esquinas volvieron a colocarse los ángeles que pertenecen al paso de misterio.
Pero lo más llamativo estaba en el atuendo de la Virgen, ya que llevaba el manto azul bordado en oro por Celestino Rodés y las Hermanas Antúnez entre 1868 y 1877, perteneciente a la Virgen de los Remedios, que lo lleva cada Miércoles Santo en el paso del Cristo de las Siete Palabras. Es la primera vez que la Virgen del Rosario viste este manto; no así la saya de raso blanco de Manuel María Ariza (1863), que llevan indistintamente esta imagen y la dolorosa de la Cabeza.
A las siete de la tarde se abrían las puertas de la Parroquia de San Vicente, dejando ver otra novedad con respecto a la salida procesional del año pasado, ya que iniciaba el cortejo la cruz de guía de la cofradía penitencial. Seguían hermanos con cirios, el banderín del Rosario y las representaciones de las hermandades de las Penas y las Mercedes de la Puerta Real. Antecedían al paso los ciriales que también acompañan en Semana Santa al paso del Nazareno de la Divina Misericordia.




La Banda de Música de Nuestra Señora del Sol se encontraba dentro del templo cuando, antes de que el paso saliera a las calles, comenzó a interpretar la marcha "Jesús de las Penas", como un guiño entre hermandades que comparten sede canónica. A esta composición siguió "Rosario de San Vicente", que sonó en dos ocasiones sin solución de continuidad mientras la Virgen salía a la calle Cardenal Cisneros.







El itinerario ha sido también novedoso, por lo que al salir tomó, desde Cardenal Cisneros, la calle Miguel Cid. En el giro entre ambas la Banda del Sol interpretó una de las marchas recientes más interpretadas, "Mi Amargura". Después el paso avanzó a tambor por la parte más estrecha de esta calle, tras la que la Virgen del Rosario llegó a Baños con "María Santísima del Dulce Nombre", seguida después por "Cristo de las Siete Palabras" coincidiendo con el discurrir de la Virgen ante la casa hermandad de las Siete Palabras.




















Como hizo la hermandad penitencial el Miércoles Santo, la Virgen del Rosario pasó de Baños a Goles, a la que llegó con "Esperanza Macarena", seguida posteriormente por "La Estrella Sublime" y "Rocío". Llamó la atención la excesiva rapidez con la que avanzaba el paso, que incluso cuando las marchas terminaban seguía ganando metros a buen ritmo con el único acompañamiento de los tambores. Tanto corría, que uno de los miembros de la cofradía le tuvo que advertir a los capataces que no hacía falta tanta velocidad. "No tenemos prisa", decía.















Por la calle Goles la Virgen del Rosario de San Vicente alcanzó la Puerta Real, donde se produjo el encuentro con la Virgen de las Mercedes y el Cristo de la Redención en su pequeña capilla. Este encuentro de dos imágenes de gloria tuvo como banda sonora la marcha "Glorias de Sevilla", de Manuel Marvizón.
Con ella, la Virgen del Rosario se giró para situarse frente a la Capilla de las Mercedes. Ante la puerta se detuvo durante algunos instantes mientras se rezaba la Salve, hasta que retomó su itinerario mientras la Banda de Música del Sol tocaba "Pasan los campanilleros", con la que siguió ya en la calle Alfonso XII.
El novedoso itinerario de este 2014 llevó a continuación a la Virgen del Rosario a internarse por la calle Gravina, donde más tarde se produjo un momento complicado por la existencia de una rama de naranjo que dificultó el discurrir del paso.
















Tras recorrer algunas calles de este lado de la feligresía, a la Virgen del Rosario aún le quedaba salir a la Plaza del Museo y entrar en la Capilla del Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima de las Aguas, antes de regresar a la Parroquia de San Vicente, concluyendo esta salida procesional a eso de las diez y media de la noche.

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