lunes, 11 de mayo de 2015

LA VIRGEN DE ARACELI SE ASIENTA EN EL CALENDARIO DE LAS GLORIAS EN SU SEGUNDA SALIDA PROCESIONAL


La Hermandad de Araceli puede estar orgullosa de haberse hecho rápidamente un importante hueco en el calendario procesional de las Glorias. El pasado sábado tuvo lugar su segunda salida con carácter regular y no faltó gente en todo momento junto a la cofradía filial de la Patrona de Lucena y del campo andaluz, como así se hacía constar en los reposteros que estaban situados en diversos balcones en los alrededores de la Parroquia de San Andrés.
Importantes estrenos presentaba esta cofradía, que a las ocho y cuarto de la tarde se ponía en camino con un cortejo encabezado por la cruz alzada con manguilla de brocado estrenada el año pasado, junto a dos ciriales. Seguía el estandarte con la Virgen de Araceli y los estandartes corporativos de la Hermandad del Pilar y de la Soledad de Hinojos, que ha vuelto a ceder la peana procesional. Tambien quiso estar presente corporativamente en el momento de la salida la Hermandad de Santa Marta, ante cuya capilla se detuvo el paso antes de salir a la plaza de San Andrés. El libro de reglas, el estandarte de la Hermandad de Araceli y varios hermanos con hachetas daban paso al cuerpo de acólitos, que lanzaban al aire grandes nubes de incienso ante la Virgen.





Rufino Madrigal y Antonio Franco fueron de nuevo los capataces del paso, que estrenaba el baquetón y las maniguetas de orfebrería, la ráfaga, el llamador y un relicario de Santa Teresa de Jesús. Asimismo, después de lucir el año pasado un manto blanco de camarín de la Esperanza Macarena, en esta ocasión llevó un manto liso del mismo color. También hay que destacar que llevaba junto al cetro una rosa de plata esmaltada donada por un devoto, así como varias joyas en el pecherín, entre las que destacaba la medalla de oro de la Asociación de Fieles de la Virgen de los Reyes.
Los costaleros tuvieron que echar el cuerpo ligeramente a tierra para que la corona de la Virgen pudiera salvar los dos arcos de medio punto que separan por este lado de la fachada el interior del templo de la calle. En el momento de la salida, la Banda de Música Nuestra Señora de la Victoria, de las Cigarreras, tocó el Himno Nacional, seguido de la marcha "La Estrella Sublime", coincidiendo con el lanzamiento de varios cohetes desde la azotea de un edificio cercano al templo.
Realmente costaba andar cerca de la Virgen de Araceli durante estos primeros metros del itinerario, donde hubo además varias petaladas, siendo la más espectacular la que se lanzó en la calle Daoiz, frente a la puerta principal de la parroquia, mientras sonaba "Pasan los campanilleros".
Acababa de salir y ya había prisas. Era necesario llegar a la Capilla de los Panaderos antes de que comenzara una función religiosa. Hasta allí, la Virgen de Araceli llegó con la marcha "Candelaria", se detuvo sin volverse, tal como advirtieron los cofrades de la hermandad del Miércoles Santo, que tenían que asistir a la Eucaristía, y se alejó con la marcha "Hermanos costaleros de San Esteban".

































La Virgen de Araceli continuó su recorrido, que fue el mismo que el año pasado, por Laraña. En la esquina entre Orfila y dicha calle la banda interpretó "Coronación de la Macarena". Más adelante, en las puertas de la Iglesia de la Anunciación, esperaba una representación de la Hermandad del Valle, con su estandarte corporativo y varas.
"Valle de Sevilla" sonó en este momento, mientras el paso giraba para avanzar hasta la misma puerta, donde se detuvo. Posteriormente, siguió su recorrido con la marcha "Coronación", dedicada a la coronación canónica de la Virgen de los Dolores del Cerro, pero que coincide con la advocación del Cristo del primer paso de misterio del Valle.
Después pasó bajo las Setas de la Encarnación, que presentaban en el arco sobre la calzada una malla azul que demostraba que, por increíble que parezca, las Setas pueden ser aún más feas. A partir de aquí, el paso de la Virgen de Araceli anduvo a tambor por toda la calle Imagen con bastante rapidez porque, según comentaban, había que llegar pronto al Convento de las Hermanas de la Cruz.
El paso, adornado con flores blancas y un enorme ramo de rosas en la delantera, donado por la Hermandad de Santa Marta, giró de Imagen a Santa Ángela con la marcha "Esos tus ojos", tras la que el paso se paró ante la puerta de la Parroquia de San Pedro, donde se despidió la representación de la Hermandad del Pilar, que realizó una ofrenda floral a la Virgen de Araceli.






















Ya en la calle Santa Ángela de la Cruz, el paso de la Virgen de Araceli recorrió la parte más estrecha de la misma a los sones de "Virgen de las Aguas". Después, Rufino Madrigal, que momentos antes había estado hablando con uno de los dos guardias civiles que acompañaron a la cofradía sobre su presencia en otras hermandades y sobre amigos comunes, indicó a sus costaleros que la siguiente levantá estaba dedicada a la Guardia Civil.
Acto seguido, el paso continuó con la marcha "Virgen de los Reyes" hasta que se detuvo frente a la puerta del convento, donde las hermanas cantaron una pieza dedicada a proclamar el amor a la Madre Inmaculada. La levantá, a pulso, se llevó a cabo mientras todos los presentes rezaban el Ave María, y después la Banda de Música de las Cigarreras tocó "Esperanza Macarena".
Por delante quedaba otra parada muy especial en esta calle, como era la puerta de la residencia de ancianos San Juan Grande, ante la que también se volvió el paso. Tras la levantá, dedicada a los mayores de este centro asistencial, el paso se marchó hacia el Convento del Espíritu Santo con la marcha "Reina de San Román".

















Cumplimentada esta visita al convento, la Virgen de Araceli se alejó con la marcha "Rocío" de camino a San Juan de la Palma. En la puerta ojival, en el inicio de la calle Feria, esperaban las hermandades de la Amargura y de la Virgen de la Cabeza.
Con la marcha "Madrugá macarena" llegó hasta allí el paso, parándose ante la puerta para que los cofrades cantaran la Salve y realizaran una ofrenda floral. A continuación, en una sola chicotá con "Pasa la Virgen Macarena", el paso se giró por completo y se dirigió hacia la Capilla de la Divina Pastora, que también esperaba a las puertas de su templo, donde hubo igualmente Salve y ofrenda floral.
En la memoria de los presentes quizá estaría en este punto el recuerdo a Juan Martínez Alcalde, que el año pasado estuvo en este mismo lugar y Rufino Madrigal le dedicó la levantá en aquel momento. El gran defensor de las Glorias pudo llegar a tiempo para disfrutar en 2014 de la última incorporación al calendario letífico.
Con la marcha "Aurora, Virgen del Alba", estrenada este año tras el paso de palio de la Hermandad de la Resurrección, la Virgen de Araceli continuó su itinerario por la calle Aposentadores.



















La Virgen de Araceli volvió a pisar la calle Feria buscando presentarse ante otra hermandad, en este caso Monte-Sión, que mantenía las puertas de la Capilla del Rosario de par en par mientras un grupo de hermanos con estandarte y varas recibía a la imagen del templo de San Andrés.
El paso llegó a la Plaza de los Carros con la marcha "Virgen de los Ángeles" y se marchó de la capilla con "Rosario de Monte-Sión". Después, en el giro entre Feria y Conde de Torrejón, el capataz dedicó la levantá y la marcha "Como tú ninguna" al pregonero de las Glorias de Madrid de este año.
A continuación, la Virgen de Araceli siguió por Alberto Lista, calle que recorrió con la marcha "Mater mea". En esta calle se produjo un hecho curioso, cuando la cruz alzada y los ciriales que abrían el cortejo se equivocaron de itinerario, al seguir por Alberto Lista y pasar de largo por el cruce con Saavedras. Rápidamente, se dieron cuenta del error y siguieron por esta última calle en dirección a la Plaza de San Martín, a la que el paso llegó a los sones de "Madre Hiniesta".

















Al igual que ocurriera en 2014, la Virgen de Araceli entró en la Iglesia de San Martín. La Banda de Música de las Cigarreras acompañó este momento con la interpretación de "Madre y Señora del Buen Fin". El paso llegó a situarse hasta el mismo interior del templo, ante la Virgen de dicha advocación.
Los hermanos de la Lanzada, que salieron a recibir a la Hermandad de Araceli a la plaza y la acompañaron dentro, cantaron la Salve. Después, el paso salió con la marcha "Virgen del Buen Fin".
Ya de nuevo en la plaza, Rufino Madrigal llamó al paso y se produjo una mala levantá, por lo que de nuevo mandó bajarlo y repetir la levantá, pero en este caso a pulso. La Virgen de Araceli siguió con "Hosanna in excelsis" hacia Cervantes. Aquí hubo otra dedicatoria de levantá, en este caso a José Manuel Cabrero, cofrade de la Virgen de Araceli que no pudo estar este sábado con la cofradía.
Después, tras el paso sonó "Triana, tu Esperanza" y en la esquina de la calle con la Plaza de San Andrés tuvo lugar una gran petalada que apagó por completo los candelabros delanteros y desde un balcón se dedicó un cántico a la Virgen de Araceli.





















Con la marcha "Encarnación Coronada" y su conocida parte del Ave María cantada por todos los presentes, la Virgen de Araceli llegó hasta la misma puerta de la Parroquia de San Andrés. Aquí tuvo lugar una levantá dedicada al hermano mayor y a la junta de gobierno de la Hermandad de Araceli, tras la que la banda comenzó a tocar "Pasan los campanilleros" mientras el paso giraba para colocarse mirando a los cofrades. Cuando el paso concluyó el giro, la banda cortó la marcha cuando apenas quedaban veinte segundos para completar la partitura. La interrupción de las marchas sin justificación es la gran epidemia musical de nuestro tiempo.
Antes de la entrada en el templo, Rufino Madrigal realizó la última dedicatoria de levantá, en este caso "por la hermandad, que ha confiado en vosotros para llevar a la Virgen y por vuestras madres". Finalmente, la Banda de las Cigarreras tocó de nuevo la marcha de moda, "Como tú ninguna", con la que definitivamente entró el paso en San Andrés, con el Himno de España al final.





Una vez dentro del templo, el paso fue ubicado ante el altar de la hermandad, a los pies de la nave de la Epístola, poniendo así el punto final a la segunda salida procesional de una hermandad que es ya cita obligada en el inicio del periodo de las Glorias de Sevilla.


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