miércoles, 9 de diciembre de 2015

INMACULADA 2015: SOLEDAD DE SAN BUENAVENTURA


La Soledad de San Buenaventura ha estado desde la tarde del lunes y durante toda la jornada de ayer en besamanos en la cabecera de la nave de la Epístola, ante el altar de la Virgen de Guadalupe. Ha sido un besamanos caracterizado por un montaje muy cuidado y con la dolorosa vestida de forma muy acertada por José Antonio Grande de León.
En el centro del recinto acotado para el besamanos, la Virgen de la Soledad ha estado elevada sobre la peana procesional de la Virgen de los Dolores de la Hermandad del Amor, de San Juan de Aznalfarache. Estaba vestida con su manto negro y diadema de salida, así como la saya de tisú bordada en oro. Asimismo, llevaba un collar pegado al cuello, un puñal, un broche con su advocación y un fajín hebraico.
Llamó la atención la posición de las manos; la derecha extendida para que la besaran los devotos y sujetando un rosario, mientras que la izquierda estaba elevada y tenía un rosario y una rosa de plata.
Alrededor de la dolorosa se dispusieron numerosos candeleros con cirios y varias jarras con jacintos blancos, mientras que delante, para separar el pasillo de entrada al besamanos y el de salida, había un centro de grandes rosas blancas. También se colocaron cuatro faroles de plata.
Detrás, un cortinaje rojo abierto dejaba ver el escudo de la hermandad y, ante él, un ostensorio con un diseño basado en la cruz fundacional y en la cruz de guía. Además, también se ubicaron los cuatro ángeles que figuran entre los candelabros de guardabrisas del paso de la Soledad, un antiguo sinelabe de la corporación y otras cuatro jarras con jacintos.






























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