sábado, 13 de febrero de 2016

VÍA CRUCIS DEL SEÑOR DE LA SENTENCIA CON UN ITINERARIO EXTRAORDINARIO


Este viernes, primero de la Cuaresma, ha tenido lugar el vía crucis de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, que ha tenido un itinerario más extenso de lo habitual con motivo de la celebración del Año Santo de la Misericordia, visitando templos como Santa Marina, San Marcos, la Capilla de la Divina Pastora, San Juan de la Palma o San Gil, y conventos como los del Espíritu Santo, las Hermanas de la Cruz o el Pozo Santo.
La llovizna que había caído durante prácticamente todo el día hacía temer por la posible suspensión de la salida; pero finalmente, y advirtiendo previamente a los hermanos de las probabilidades que había de que la lluvia volviera a hacer acto de presencia durante el recorrido, el Señor de la Sentencia se echó a la calle, tras la celebración de la misa de las cinco y media, entre un numerosísimo gentío que lo esperaba en la inmediaciones de la Basílica de la Macarena y que iba a acompañarlo hasta su regreso.
La cruz alzada y dos ciriales abrían el cortejo, formado por un buen número de hermanos con cirios separados por diferentes insignias, como el guión del Señor, el de Santa Ángela de la Cruz y el estandarte corporativo.




Tras la Coral Polifónica de la Macarena y el cuerpo de acólitos con seis ciriales, iba el Señor sobre las andas, exornadas para esta ocasión con flores silvestres de tonos morados y rojos.
El Señor de la Sentencia vestía para el vía crucis la túnica de terciopelo morado liso, regalada por los donantes de flores del Mercado de la Encarnación en los años setenta y restaurada recientemente por María José Rodríguez Castilla, con un cordón y cíngulo donados por Antonio Moreno.
Tras salir a la calle Bécquer, el Señor de la Sentencia buscó la calle San Luis, por donde avanzó con cierta celeridad en dirección a la Iglesia de Santa Marina, primera visita prevista en el largo itinerario.

























Después de acercarse hasta la misma puerta de Santa Marina, donde fue recibido por una representación de la Hermandad de la Resurrección, Nuestro Padre Jesús de la Sentencia continuó en dirección a la Plaza de San Marcos, donde iba a tener lugar el rezo de la cuarta estación del vía crucis.
Las andas reestrenaban el antiguo llamador de plata que salió por última vez en 1995 y que cuenta con un águila imperial y el escudo de la hermandad. Asimismo, estaban iluminadas por cuatro guardabrisones con cera blanca, mientras que en los costeros se situaron dos de las parejas de ángeles flanqueando sendos relicarios que forman parte de las esquinas del paso de misterio.

























Tras recorrer calles como Bustos Tavera, Doña María Coronel, Dueñas, Santa Ángela de la Cruz y Plaza de la Encarnación, el Señor de la Sentencia fue buscando el regreso a su templo por la Plaza de Zurbarán o el Pozo Santo, donde se rezó la octava estación del vía crucis. Aquí, una de las religiosas mostró su alegría por la visita del Señor y le pidió incluso que transmitiera un mensaje de amor a su Madre, la Virgen de la Esperanza.
La siguiente parada estaba en la Capilla de la Divina Pastora, en la calle Amparo, para posteriormente continuar por Madre María de la Purísima hasta San Juan de la Palma y dirigirse después a la Capilla del Rosario, de la Hermandad de Monte-Sión, presidida estos días por el Santísimo Cristo de la Salud.




































Desde Monte-Sión, el Señor de la Sentencia continuó por Palacios Malaver para pasar por detrás de Omnium Sanctorum y después por San Gil, antes de regresar a la Basílica, donde tuvo lugar el rezo de la última estación, poniendo así el punto final a este especial vía crucis del Año de la Misericordia.

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