miércoles, 1 de junio de 2016

ELECTA UT SOL


El pasado viernes se clausuraba la exposición "Electa ut sol", organizada por la Hermandad del Sol para conmemorar el XXV aniversario de la bendición y llegada al barrio del Plantinar de la imagen de Nuestra Señora del Sol. La Logia del Ayuntamiento de Sevilla fue el marco de esta muestra que sirvió para acercarnos un poquito más a la historia, al patrimonio y a la idiosincrasia de una cofradía con un estilo propio que la hace inconfundible.
De hecho, en el inicio de la sala daba la bienvenida a los visitantes, además de una fotografía de la Virgen del Sol tomada en su besamanos de 2014, un panel donde se nos resumían los inicios de la hermandad, cuyos orígenes están en 1932. Reproducimos íntegramente por su interés el texto: "Los orígenes de la Hermandad del Sol se remontan a la II República española, cuando un grupo de alumnos del colegio jesuita Villasís, trasladado a la calle Pajaritos, se agrupan en torno a una pequeña imagen de la Virgen, a la que llaman "del Sol". Su primera salida tiene lugar el Lunes Santo de 1932. Fue, junto a la Hermandad de la Estrella, la única cofradía en salir en la Semana Santa de aquel año. Esta procesión infantil continúa saliendo hasta 1935, año en que estrena una imagen de Antonio Bidón. La cofradía llamaba tanto la atención (los niños iban ataviados con túnicas negras), que copó la portada del diario La Unión. El gran promotor de esta cofradía es Pedro Álvarez-Ossorio, alumno del colegio, quien junto con otros alumnos decide iniciar el camino para dar oficialidad a la hermandad. Pero al año siguiente estalla la Guerra Civil y los miembros del grupo se dispersan, perdiendo la hermandad toda actividad. Pasarán los años hasta que Pedro Álvarez-Ossorio, tras un periplo fuera de Sevilla, vuelva a la ciudad en 1954. Tras instalarse con su familia en el barrio de Los Remedios, retomará, de la mano de sus hijos, esta idea. Así, se vuelva a realizar la procesión infantil por este barrio en forma de Cruz de Mayo, hasta que el grupo, encabezado por miembros de aquella procesión ya mayores, encarga en primer lugar una dolorosa a José Antonio Navarro Arteaga y en 1987 se constituye como Agrupación Parroquial en el templo de dicho barrio, encargándose una nueva imagen a José Manuel Bonilla Cornejo. Sin embargo, la Agrupación, radicada en la Parroquia de los Remedios, no es capaz de llevar al completo su actividad debido a la gran actividad de los grupos parroquiales, por lo que se decide el traslado al barrio del Plantinar".


Nos adentramos ya en la sala y encontramos en primer lugar varios recortes de prensa alusivos a la hermandad, entre ellos la famosa portada del diario La Unión, así como diversas fotografías de la bendición de la dolorosa y sus primeras salidas, las medallas con las que ha contado la hermandad y un segundo panel con la continuación de la historia de la corporación: "Como nueva parroquia se elige, entre varias opciones, la de San Diego de Alcalá. Además, se encarga una nueva dolorosa a José Manuel Bonilla Cornejo, que será bendecida el 18 de julio de 1991, siendo trasladada al barrio del Plantinar esa misma noche. Ya en El Plantinar, inesperadamente los acontecimientos dan un giro, y el párroco de San Diego, favorable en un principio al traslado a este templo, muestra su negativa. Esto obliga a la corporación a instalarse provisionalmente, imagen incluida, en una cochera con unas condiciones precarias de higiene y salubridad. En septiembre de ese mismo año sale por primera vez la imagen en procesión, tras la cual la Autoridad Eclesiástica insta a la hermandad a no volver a hacerlo hasta regularizar la situación de la Agrupación, con sede canónica en la Parroquia de los Remedios y sede social en El Plantinar. Por ello, se presenta en Palacio un proyecto de reglas de hermandad de penitencia, que resulta sancionado con la erección como hermandad de gloria en 1995, celebrando sus cultos en la Parroquia de Nuestra Señora del Rocío y San Carlos Borromeo, y procesionando desde las Salesianas de Nervión. A pesar de esto, en la hermandad continúa el deseo y la aspiración de algún día ser hermandad de penitencia. Por ello, el 5 de abril de 2003 se bendice la imagen del Santo Cristo Varón de Dolores. En 2005, con la llegada de un nuevo párroco a San Diego de Alcalá, se inicia el proceso de integración en el templo del barrio, además de la redacción de un proyecto de reglas que, esta vez sí, desemboca en la erección como hermandad de penitencia en 2006. En 2007 realiza su primera estación de penitencia el Sábado de Pasión, y desde el Sábado Santo de 2010 realiza su estación a la Santa Iglesia Catedral cada año".





Precisamente a través de la imagen del Varón de Dolores, como luego veremos, la Hermandad del Sol está muy relacionada con el Convento del Pozo Santo. Por eso, la muestra estaba salpicada de algunas piezas procedentes del patrimonio de las Terciarias Franciscanas que lo regentan, como es el caso de una pintura de la Madre Beatriz Jerónima de la Concepción, fundadora del convento. Es de autor desconocido y realizada hacia 1700, y se encontraba encima de los recuerdos anteriores sobre los inicios de la Hermandad del Sol.


En una vitrina se exponían varios enseres de la hermandad: el llamador del paso de palio de la Virgen del Sol, diseñado por Bonilla Cornejo y labrado en metal plateado por Jesús Domínguez Machuca en 2010; unas azucenas de plata de Jesús Domínguez (años 70) y una ramillete de flores también de plata del siglo XIX, ambas joyas pertenecientes al ajuar de la Virgen de la Salud, recientemente incorporada como titular letífica a la hermandad; y el llamador del paso del Santo Cristo Varón de Dolores, del mismo diseñador y orfebre que el del palio, pero del año 2008.




A continuación, veíamos la bambalina frontal del antiguo palio pintado de la Virgen del Sol, que fue sustituido por el actual en 2014. Diseñado por José Manuel Bonilla Cornejo, es de moaré verde, iluminado con decoración vegetal a base de pigmentos dorados. Fue obra del taller de costura de la hermandad, del propio Bonilla Cornejo, de Fernando de la Maza Fernández en su decoración exterior y de Vicente Pappalardo di Giaimo la interior.



Seguimos con otra vitrina, en la que se exponían varias piezas. De izquierda a derecha, el sol de la Virgen, regalado por la Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señoral del Sol, con diseño de Bonilla Cornejo, y realizado en plata dorada por Jesús Domínguez en 2002; un corazón pectoral donado por la Hermandad de los Servitas con motivo de la primera estación de penitencia del Sol a la Catedral en 2010, diseñado por Antonio Dubé de Luque; una reliquia de Santa Ana, con relicario de plata, oro y amatistas, obra de Jesús Domínguez y diseño de Bonilla Cornejo (2002); un rosario de filigrana de plata dorada de la segunda mitad del siglo XIX; un corazón pectoral de la Virgen del Sol, realizado en latón en el XIX; un rosario de filigrana de plata en su color, donado por las hermandades del Sábado Santo en 2010; un rosario de cristal austriaco con plata de ley, de Blinj Juwelier (2009); un puñal de plata del siglo XVIII; una copa de San Juan de metal plateado de Juan Raimundo Silva, de finales del XIX; el nimbo de San Juan, de plata de ley, del siglo XVIII; las potencias del Santo Cristo Varón de Dolores, de plata de ley y labradas por Jesús Domínguez según diseño de Bonilla Cornejo (2004); la aureola de Santa María Magdalena, de metal plateado (Jesús Domínguez, 2009); y el tarjetero de la misma imagen, de plata de ley (siglo XIX), perteneciente a la Corte de Maximiliano de Austria, emperador de México, y en el que van inscritos cada año los nombres de los hermanos, feligreses y residentes del Pozo Santo fallecidos.







Seguimos con el libro de reglas, junto al que vemos una vitela del libro de gloria, con una alegoría de la Virgen del Sol, pintada por José Manuel Bonilla Cornejo en 1994; y las vitelas ya del libro como hermandad de penitencia, de 2011.


A su lado, se encontraba el antiguo manto de salida, que sacaba el Sábado de Pasión, pero que desde su incorporación a la nómina de la Semana Santa sólo se pudo ver en las calles el Sábado Santo de 2010. Como las antiguas bambalinas, con las que comparte autores, son de moaré verde con decoración a base de pigmentos dorados.





A su lado, podíamos ver una de las bambalinas actuales del paso de palio, en concreto la trasera, estrenada este mismo año. Sigue la línea decorativa del palio pintado, aunque con bordados en oro sobre terciopelo verde, y con una cartela pintada por Raúl Berzosa, que en este caso es la que hace alusión a la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo, representando la soledad de María al pie de la cruz. El diseño es de José Manuel Bonilla Cornejo, el bordado es de Ana Bonilla Cornejo y Ana Jiménez Bonilla, y los apliques son de Orfebrería Angulo.



Siguiendo con el patrimonio del Convento del Pozo Santo, veíamos a continuación una pintura de autor desconocido que representa a la Madre Marta de Jesús Carrillo, otra de las fundadoras de la institución.


Bajo la pintura, se mostraban varios enseres, fotografías y recortes de prensa sobre el Pozo Santo, relacionados con la vida en el convento y la devoción a la Virgen del Tránsito y al Varón de Dolores, además de mostrarse unas piezas de la vajilla del cenobio.





Volviendo al patrimonio de la Hermandad del Sol, se mostraba ahora el manto de camarín de terciopelo verde con vistas bordadas en oro, vistas que ha llevado la Virgen sobre su paso en las últimas estaciones de penitencia. El diseño es de José Manuel Bonilla y el bordado es de su hermana Ana (2015).


En un extremo de la sala se encontraba el techo de palio estrenado el año pasado, una completísima obra diseñada por José Manuel Bonilla y Raúl Berzosa, que representa un rompimiento de gloria con la Inmaculada Franciscana vestida de rojo y celeste con el Niño, rodeados de ángeles y atravesando con una lanza el cuerpo de la serpiente. La pintura es de Berzosa, con piezas de imaginería de José María Ruiz Montes, orfebrería de Adán Jaime, ebanistería de Francisco López, talla de Manuel Toledano y dorado de Inmaculada Mayorga.


Bajo el techo, se encontraba una saya pintada con pigmentos dorados y de colores sobre tisú de plata. Diseñada por José Manuel Bonilla y realizada por el taller de costura de la hermandad y el propio Bonilla, es una obra del año 2002.


Veíamos después el estandarte corporativo, de terciopelo verde, con una cenefa de terciopelo corinto y aplicaciones policromadas al óleo sobre tisú de plata. Está rematado por una cruz griega con piedras semipreciosas (coral y lapislázuli). Es obra de los hermanos Bonilla Cornejo y de Jesús Domínguez en la orfebrería.


Llegamos a la parte de la exposición relacionada con la unión entre la hermandad y el Convento-Hospital del Pozo Santo. Reproducimos el texto que la explica: "Hace trescientos cincuenta años, en 1666, las Madres Marta de Jesús Castillo y Beatriz Jerónima de la Concepción fundaron la Congregación de Franciscanas Terciarias del Santísimo Cristo de Dolores, estableciendo en la Plaza del Pozo Santo su residencia y un hospital para mujeres impedidas, desamparadas e incurables. Ya en el siglo XVIII, la titular de la orden pasa a ser María Santísima del Tránsito y Asunción. Su primitivo titular, el Cristo de los Dolores, es un Varón de Dolores de finales del siglo XVII atribuido al taller de Pedro Roldán, y a raíz de esta imagen se crea el vínculo entre la Hermandad del Sol y la Congregación. En los años 90 del pasado siglo, la corporación se hallaba en la búsqueda de un titular cristífero que se adaptara a la singular cofradía que se estaba diseñando para procesionar en el futuro en la jornada del Sábado Santo, que fuera a su vez capaz de llamar a la devoción dentro del Espíritu de Misericordia que en aquellos años impregnaba a la Iglesia el pontificado de San Juan Pablo II. Lo que en un principio fueron visitas casi turísticas se convirtieron con el tiempo en la búsqueda espiritual de una devoción que hasta entonces había permanecido en la intimidad de la clausura. Con el transcurso del tiempo, la relación entre ambas instituciones se estrecha, decidiendo la hermandad dirigir su obra de caridad a sostener las necesidades básicas de la Congregación, así como el apoyo al sostenimiento del culto a la Virgen del Tránsito, corriendo a su cargo el montaje del altar de la novena que anualmente se consagra en su honor en el mes de agosto. Esta vinculación tiene su cénit en 2009, cuando ambas instituciones quedan hermanadas mediante la firma de un Protocolo de Confraternización aún vigente, fruto del cual la hermandad recibe el título de Franciscana".
Una alta y larga vitrina mostraba ahora parte del patrimonio del Convento del Pozo Santo, cedido gentilmente para esta exposición. Así, en primer lugar vemos dos pinturas de los siglos XVII y XVIII, una con el Cristo de los Dolores Niño.



A continuación, se mostraban algunas reliquias de las madres fundadoras del Convento del Pozo Santo, Marta de Jesús Carrillo y Madre Jerónima de la Concepción.



Seguimos con una casulla morada de autor desconocido, del siglo XIX. Es de terciopelo morado con bordados en oro e incluye el emblema de las Terciarias Franciscanas del Pozo Santo.


A su lado, la tabla de indulgencias del Cristo de los Dolores del Pozo Santo, un óleo sobre lienzo de autor desconocido, de 1723.


A continuación, veíamos dos imágenes del Niño Jesús vestidos de arcángeles. Están realizados en plomo y madera policromada, siendo cuatro en total, uno por cada esquina de la cama de la Virgen del Tránsito. Son de la segunda mitad del siglo XVII.



De autor desconocido y fechado alrededor del año 1700 es una miniatura del Cristo de los Dolores, realizada en madera policromada.


A su lado se mostraba la corona de la Virgen del Tránsito, obra de Tomás de Pedrajas en el tercer cuarto del siglo XVII. Cuenta con un diseño de corona real y está realizada en plata con pedrería, con joyas donadas por los devotos.


Finalmente, veíamos un copón de plata sobredorada que se utiliza en las eucaristías en las que se consagran las novicias. Está realizada por R. Mesa en la primera mitad del siglo XIX.


Volvemos a la Hermandad del Sol con una túnica de nazareno, de ruán verde con cinturón de esparto muy ancho y con antifaz largo que llega hasta debajo de las rodillas a modo de escapulario.


A continuación se mostraba el simpecado, obra de Fernando de la Maza y José Manuel Bonilla en 1998. Cuenta con una gran pintura al óleo enmarcada con estucados y estofados en oro. Representa a la Virgen del Sol expectante, con el Niño Jesús en su vientre, y se inspira en una pintura del cordobés Antonio del Castillo, del siglo XVII. En la parte superior, vemos una frase del Libro del Cantar de los Cantares, "Pulchra ut luna, electa ut sol" ("Hermosa como la luna, radiante como el sol"), que es el lema de la Virgen del Sol.


Seguimos con un cirial del paso de palio, de madera en tonalidad caoba y apliques plateados. El diseño es de José Manuel Bonilla y la obra de Manuel Montañez García en la talla y Jesús Domínguez Machuca en la orfebrería (2004).


Y con el cirial, una dalmática de los acólitos del paso de palio, obra del taller de costura de la hermandad en 2006.


Llegamos a la última vitrina, donde aparece en primer lugar la conocida como saya turca de la Virgen del Sol, bordada en oro sobre tisú del mismo metal. Procede de un almohadón de estilo otomano realizado en Túnez en el siglo XIX y fue donada a la hermandad por un particular.


Resulta especialmente interesante conocer todos los datos referentes a la advocación de la Virgen del Sol. Por ello, antes de seguir con el patrimonio de la hermandad se mostraba un panel que explicaba lo siguiente: "La de Nuestra Señora del Sol es una advocación que podemos llamar de Esperanza. No en vano, su festividad es el 21 de diciembre. En la semana previa a la Navidad, se incluye una pequeña estrofa cantada. Cada uno de esos días tiene una estrofa asignada. Estas estrofas se conocen como Antífonas Mayores u Oes de la Navidad (todas empiezan por la palabra "Oh"). La correspondiente al 21 de diciembre dice así: "¡Oh, Sol que naces de lo alto, resplandor de la Luz Eterna, Sol de Justicia! ¡Ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte!". Como se desprende de la misma, su contenido es altamente esperancista en tanto en cuanto se espera la llegada de Jesús para iluminar el mundo. Así, a la Virgen se la representa con Jesús en su vientre dentro de un Sol, una iconografía de origen medieval y que en Sevilla tuvo mucha devoción desde el siglo XVII por medio de una pintura de Antonio del Castillo en el antiguo Convento de Santa María de los Reyes, en la calle Santiago. Centrados ya en la titular mariana de la hermandad, se trata de una dolorosa, obra de José Manuel Bonilla Cornejo bendecida en 1991, a la que vemos en el misterio de la Sacra Conversación acompañada de San Juan Evangelista y Santa María Magdalena. Pero aún hay más, y es que a estos caracteres esperancista y pasionista se le suma un tercero, que no es otro que el alegórico. Nuestra Señora del Sol representa asimismo, de forma alegórica, el siguiente pasaje del libro del Apocalipsis: "Y una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida de sol, con la luna debajo de sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza" (Ap 12,11). Ése es el motivo por el que la imagen se nos presenta con corona y ráfaga de resplandores, con media luna y serpiente enroscada, entre otros atributos".
En la muestra veíamos ahora la corona de salida de la Virgen del Sol, diseñada por Bonilla y labrada en plata de ley por Jesús Domínguez en 2006. Cuenta con una ráfaga a juego del orfebre Juan González.


A su lado se encontraban tres relicarios que van en el paso del Santo Cristo Varón de Dolores. En el centro, una reliquia de San Francisco de Asís, de Julius Voos, de metal dorado (2014), y que va en el frontal del canasto del paso; a su izquierda, una reliquia del sepulcro de San Francisco, de autor desconocido (2013), que se sitúa en la trasera; y a la derecha, una reliquia de San Diego de Alcalá, con relicario donado en 2010 por las Hermanas Clarisas de Alcalá de Henares, donde está enterrado el santo titular de la parroquia, relicario que se sitúa en el frontal el paso, sobre el respiradero.


A continuación, se podía ver el pergamino de la carta de hermandad con la orden franciscana. Es de 2010 y está firmado por el entonces secretario de la antigua Provincia Bética Franciscana, Fray Joaquín Domínguez Serna.


Continuamos con los tres relicarios que se sitúan en la delantera del paso de palio de la Virgen del Sol. El del centro va en el entrecalle, es de metal plateado (Julius Voos, 2014) y contiene una reliquia de San José. Y a ambos lados del primero van los de Santa Ángela de Cruz y San Antonio de Padua, y están realizados también en metal plateado (Orfebrería Juan Angulo, 2014).


Sobre estos relicarios se dispuso el pergamino conmemorativo de la bendición de la Capilla Sacramental, aneja a la Parroquia de San Diego de Alcalá, de la que sale la cofradía el Sábado Santo. Está firmado por el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, el 12 de octubre de 2010.


A su lado, se mostraba una talla del siglo XVIII y autor desconocido con el Niño Jesús en la iconografía del Varón de Dolores.


Junto a la talla estaba la corona de la Virgen de la Salud, labrada en plata de ley en la segunda mitad del siglo XVIII por un autor desconocido, y sobre ella una saya de la misma imagen bordada en oro sobre tisú.



A continuación se mostraba el boceto del Santo Cristo Varón de Dolores de la Divina Misericordia, obra de Juan Manuel Bonilla Cornejo bendecida en 2003.



Reproducimos ahora el texto alusivo a la iconografía del Varón de Dolores, que tanta confusión genera en algunos cofrades, que se empeñan en considerarlo erróneamente como un Resucitado: "El pasaje bíblico que hace referencia directa al Varón de Dolores no es otro que el Cuarto Cántico del Siervo del Profeta Isaías, es decir, en el Antiguo Testamento. En él, se refleja la visión de Isaías sobre los padecimientos que el Mesías iba a experimentar una vez en la Tierra. En la traducción de San Jerónimo podemos encontrar este fragmento: "Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido" (Is 53, 3-4). Se podría decir, pues, que el pasaje es un compendio de la Pasión y Muerte de Jesús, no representando ningún momento concreto de la misma y por ende, del Evangelio, en el que además se hace referencia a la Redención del género humano y al Triunfo de la Santa Cruz sobre el pecado. De la misma forma ocurrirá con su representación plástica. Una representación plástica que tal y como la conocemos nace en Alemania y se configura a finales de la Edad Media con la imagen de Jesús vivo, no resucitado, con las heridas de la Pasión, abrazando la Cruz y rodeado de ángeles que portan los distintos atributos del martirio. Con la Contrarreforma, la iconografía evoluciona y va más allá, queriendo transmitir el sacrificio de Jesús por amor a los hombres, de manera que Jesús acerca su mano derecha al corazón, gesto del Amor y Misericordia de Dios hacia los hombres. Todo este tema se complementa con el ya existente de las heridas y sufrimientos. La imagen titular de la Hermandad del Sol, obra de José Manuel Bonilla, beberá de dos representaciones del Barroco español: el Cristo de la Victoria de Serradilla (Cáceres) y el de los Dolores del Hospital del Pozo Santo".
Seguía la exposición con el certificado de autenticidad del Lignum Crucis que se sitúa en la cruceta del Triunfo de la Santa Cruz, que es la cruz de guía de la hermandad. Está autentificada mediante un documento de 1768, firmado en Jerusalén por el Custodio de Tierra Santa, Fray Aloisio de Bastia.


A su lado contemplábamos la saya de terciopelo burdeos de la Virgen del Sol, bordada en oro a realce en 1991 por Ana Bonilla Cornejo, siguiendo el diseño de su hermano.


Seguimos con una corona de metal dorado, que fue donada a la Virgen del Sol por la Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora del Sol en 1988. El diseño es de Bonilla y la ejecución, de Manuel de los Ríos.


A punto de finalizar el recorrido por la exposición, nos encontrábamos con el banderín de San Juan Evangelista, obra conjunta de José Manuel y Ana Bonilla Cornejo de 2014. Es de terciopelo verde y cuenta con un águila, símbolo del Evangelista, policromada sobre aplicación de tisú de oro. Tiene en el centro una pintura con la visión apocalíptica de San Juan en la isla de Patmos y enmarcando la insignia hay una cenefa de terciopelo burdeos bordada en oro a realce con ángeles de tisú en las esquinas. El remate es una cruz de orfebrería portuguesa.


A su lado, estaba la bandera de la Santa Cruz, de Ana Bonilla Cornejo y el taller de costura de la hermandad (1998). Está confeccionada en damasco de seda de color blanco, con una cenefa de terciopelo burdeos con aplicaciones. En el centro, la alegoría de la Santa Cruz, con aplicaciones sobre tisú.


Y por último, se mostraba el guión franciscano, realizado en terciopelo marrón con un lienzo pintado en cada cara sobre fondo verde, representando una las Cinco Llagas y la otra, el abrazo franciscano. Es de José Manuel y Ana Bonilla Cornejo (2012).



Un gran acierto el de la Hermandad del Sol con esta exposición que incidía en las características que la hacen única y casi habría que decir que imprescindible. Al fin y al cabo, si todas las hermandades tuvieran que seguir las mismas líneas artísticas y estilísticas, ¿para qué necesitaríamos una Semana Santa con 70 cofradías?

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