viernes, 16 de septiembre de 2016

LA VIRGEN DEL DULCE NOMBRE OFRECE SUS MANOS EN SAN LORENZO


En la mañana de este viernes ha comenzado en la Parroquia de San Lorenzo el besamanos a María Santísima del Dulce Nombre, que se extenderá a lo largo del fin de semana. Exceptuando el besamanos extraordinario tras su reposición al culto el pasado mes de febrero, éste es el primero de carácter ordinario a la dolorosa de Castillo Lastrucci después de su restauración por parte de Carmen Bahíma.
De esta forma, como en febrero, los fieles y devotos tienen una nueva oportunidad de comprobar el perfecto estado de la talla tras la eliminación de toda la suciedad que había acumulado, además de la recuperación de las lagunas de policromía que presentaba.
Curiosamente, para este besamanos la Hermandad de la Bofetá ha optado por vestir a la Virgen del Dulce Nombre con las mismas prendas que en este mismo culto del año pasado (ver), con manto de camarín de color azul bordado en oro y sedas, y saya rosa con bordados igualmente en oro, ambas piezas salidas del taller de Sobrinos de Caro.
Luce también la misma toca de sobremanto, la corona de salida y el broche con su advocación como única joya sobre el pecherín. La única diferencia, además del encaje del tocado, es que sobre la saya tiene en esta ocasión una medalla de la Virgen de los Reyes.
Por otro lado, hay que indicar que la mano que da a besar a los fieles es la derecha, mientras que en la izquierda no lleva ni pañuelo ni rosario.
La Virgen del Dulce Nombre, elevada sobre una peana de madera tallada y dorada, tiene detrás dos jarras de su paso de palio con flores blancas, colocadas sobre pies de madera tallada y dorada de fuste estriado y capitel corintio.
Su camarín está ocupado por la imagen de Nuestro Padre Jesús ante Anás vestido con túnica blanca entre faroles plateados. Ante Él hay hasta doce candeleros con cera blanca, otras dos jarras del palio, una pequeña imagen del Niño Jesús y dos de los ángeles del paso de misterio portando filacterias de color azul, en las que en color dorado se puede leer "Bendita sea tu pureza". Otros dos están ubicados en los altares del Señor y de San Juan Evangelista, y en sus filacterias pone "Alabado sea tu nombre". Y junto a estos últimos ángeles, hay otras dos jarras con las mismas flores.


































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