martes, 4 de octubre de 2016

LA DIVINA ENFERMERA VISITÓ LA BASÍLICA DEL GRAN PODER POR EL AÑO JUBILAR


El pasado sábado tuvo lugar la salida procesional de Nuestra Señora de la Esperanza Divina Enfermera, que se vio rodeada de una gran cantidad de personas a lo largo de todo el recorrido, muy especial este año para los hermanos de la Lanzada.
Y es que, si en 2013 la Divina Enfermera visitó la Basílica de la Macarena para que sus cofrades ganaran las indulgencias del año jubilar debido al cincuentenario de la Coronación Canónica, en este caso se dirigió a la Basílica del Gran Poder, templo jubilar por el Año de la Misericordia. Fue, por tanto, el de este sábado un itinerario distinto al acostumbrado y que permitió ver a la Esperanza de San Martín cara a cara con el Señor de Sevilla.
A las siete de la tarde se ponía en camino la procesión, con la Banda de Cornetas y Tambores San Juan Evangelista abriendo el cortejo, sustituida después en la calle Conde de Barajas por la Banda de las Tres Caídas. A continuación, venía la cruz de guía dorada entre ciriales, seguida de niños con cirios, el grupo joven de la Hermandad de los Panaderos, el guión de la Divina Enfermera, más parejas de hermanos con cirios, el libro de reglas y el estandarte corporativo.







La Divina Enfermera, que tras salir de la Iglesia de San Martín había tomado la calle Cervantes, venía con su manto de tisú verde claro, saya blanca de tisú bordada en oro y estrenaba un cíngulo de hojilla de Francisco Gordillo. Además, sobre el pecherín, junto a un broche con la advocación "Esperanza", la Virgen llevaba prendida la réplica de la Medalla de la Ciudad cedida por el Colegio de Enfermería.
Ismael Vargas fue el capataz en esta procesión en la que se estrenaba el nuevo hermano mayor de la Lanzada, Antonio Ramírez. Por su parte, la encargada de poner sus sones musicales tras el paso fue la Banda de Música María Santísima de la Victoria, de Las Cigarreras, que por la calle Cervantes, y en el giro a la Plaza de San Andrés, interpretó "Esos tus ojos", que se pudo escuchar en dos ocasiones y que se enlazó con "Coronación de la Macarena" mientras el paso se volvía ante la puerta de la Parroquia de San Andrés, donde recibieron a la Divina Enfermera las representaciones de las hermandades de Santa Marta y la Virgen de Araceli, que realizaron una ofrenda floral.
























El paso de la Divina Enfermera, que como se sabe es el mismo sobre el que procesiona la Virgen del Buen Fin cada Miércoles Santo, con los candelabros de guardabrisas del misterio de la Lanzada, estaba exornado con rosas blancas, lisianthum y nardos, estos últimos sólo en las esquinas.
Tras la presentación ante la Parroquia de San Andrés, la Esperanza siguió su camino hacia García Tassara con la marcha “El Cachorro. Saeta sevillana”. La gran cantidad de público congregado para ver pasar a la cofradía complicó en gran medida que el paso avanzara, aunque pronto salió a la amplitud de Amor de Dios, calle que alcanzó a los sones de “Valle de Sevilla”.
Por esta calle, donde ya anochecía, uno de los auxiliares de Ismael Vargas pedía a los costaleros alargar el paso diciendo: “¿Tienen ustedes ganas de llegar al Gran Poder? Pues dadle un poquito más”. Posteriormente, sonó “María Santísima de la O”, marcha que unió musicalmente a dos advocaciones hermanas: la O y la Esperanza. De hecho, en la delantera de su paso, la Divina Enfermera, aunque tiene al Niño Jesús en sus brazos, lleva la O de orfebrería con un pequeño Niño en su interior, que es la que tiene en su vientre cada año en su besamanos del 18 de diciembre, festividad de la Expectación del Parto de la Santísima Virgen.
En el giro de Amor de Dios a Delgado, la Banda de Las Cigarreras tocó "Pasa la Virgen Macarena", mientras que posteriormente, al cruzar Trajano hacia Santa Bárbara, la marcha escogida fue "Virgen de la Victoria".






































Tras un relevo de costaleros, la Divina Enfermera siguió hacia la calle Jesús del Gran Poder con la marcha “El refugio de María”, a la que seguiría después, en el giro a Conde de Barajas, “Madre Hiniesta”.
Algo pareció despejarse esta calle, probablemente porque muchas personas fueron a coger sitio a la Plaza de San Lorenzo, a la que se encaminaba la Divina Enfermera con la marcha “Alma de la Trinidad”. Después, giró para discurrir por la parte derecha de la plaza con “Bajo tu Amparo”.
Pocos metros faltaban ya para alcanzar la Basílica del Gran Poder y las indulgencias del Año Jubilar de la Misericordia. Unos metros en los que la Divina Enfermera avanzó con la marcha “La Sagrada Lanzada”, seguida inmediatamente por “María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso”, con la que entró en la Basílica para encontrarse con el Señor.






















Tras la visita al Gran Poder, y como hiciera en noviembre del año pasado la Reina de Todos los Santos (ver), la Divina Enfermera se acercó a la puerta de la Parroquia de San Lorenzo, donde fue recibida por las hermandades de la Bofetá y la Soledad.
Posteriormente, se produjo el regreso a San Martín de nuevo por Conde de Barajas y pasando después por la Alameda de Hércules, entrando en su templo a eso de las once y media de la noche. 
De vuelta a casa y con las indulgencias del Año de la Misericordia, los cofrades de la Lanzada cerraban así un gran día en torno a una devoción que hunde sus raíces en la misma llegada de San Fernando a la ciudad, con la fundación de un hospital en la actual calle Correduría; un hospital del que la Esperanza fue su mejor Enfermera.

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