martes, 11 de octubre de 2016

LA VIRGEN DEL ROSARIO DEL BARRIO LEÓN RECORRIÓ, POR FIN, LAS CALLES DE TRIANA


Tras dos años intentándolo y con la lluvia como impedimento inevitable, el pasado sábado la Virgen del Rosario del Barrio León pudo por fin recorrer las calles de Triana llegando a la Parroquia de Santa Ana, así como a las capillas del Rocío, la Esperanza de Triana y la Estrella.
A las siete menos cuarto de la tarde, desde la Parroquia de San Gonzalo, a la que se había trasladado el pasado 28 de septiembre (ver), se ponía en camino la cofradía, encabezada por la Banda de Cornetas y Tambores Nuestro Padre Jesús Cautivo, de Santa Genoveva. Seguían la cruz de guía entre faroles, la bandera blanca y celeste, el libro de reglas y el estandarte corporativo.






La Virgen del Rosario, cuyo paso estaba precedido por cuatro ciriales, alcanzó la ansiada Parroquia de Santa Ana, en pleno año jubilar por su 750 aniversario, a eso de las nueve de la noche y recorría la calle Vázquez de Leca a los sones de “Soleá dame la mano” por parte de la Banda de Música de la Cruz Roja.
Su habitual manto azul bordado en oro y saya de tisú eran las prendas que vestía la Virgen del Rosario, quien lucía además corona, ráfaga, cetro y media luna doradas. En cuanto al exorno de su paso, se componía de flores de diferentes especies, todas de tonos amarillos.
Con la marcha “La Esperanza de Triana”, la Virgen del Rosario dejó atrás Vázquez de Leca para tomar Pureza, dando inicio a un repertorio dedicado a la Virgen de la Esperanza que continuó con "Siempre la Esperanza" y "Triana de Esperanza", con la que el paso llegó a la Capilla de los Marineros y se volvió ante la representación de la hermandad de la Madrugá.
Después, la Banda de la Cruz Roja tocó "Esperanza de Triana Coronada" mientras la Virgen del Rosario daba pasos hacia atrás y hacia adelante sin alejarse de la capilla, lo que hizo después de una segunda parada ante el templo con la marcha "Triana, tu Esperanza".
A continuación, el paso siguió con celeridad hasta quedar detenido en el número 25 de la calle Pureza, desde cuya puerta se le cantaron unas sevillanas a la Virgen del Rosario y recibió una petalada arrojada desde la azotea de la vivienda. Después, tras un toque de la Policía Local, que reclamaba poder despejar el Altozano lo antes posible, el paso continuó con rapidez para salir de Pureza.

 





























Con la marcha “Rosario del Barrio León”, la Virgen alcanzó el Altozano, donde se paró antes de tomar la calle San Jacinto para un relevo de costaleros. Una representación de la Hermandad del Carmen del Puente, con su estandarte corporativo, se acercó al Altozano para recibir a la Virgen del Rosario, que después comenzó a recorrer San Jacinto con la marcha “Caridad del Guadalquivir”, seguida posteriormente por otra partitura de Paco Lola, “Callejuela de la O”.
Más adelante, la Banda de la Cruz Roja tocó “Virgen de la Estrella”. Con ella, el paso llegó a la capilla de la hermandad del Domingo de Ramos, cuya campana comenzó a repicar para recibir a la Virgen del Rosario. Como había ocurrido en la Capilla de los Marineros, también aquí el paso se movió adelante y atrás antes de marcharse. En este caso, lo hizo con “Hosanna in excelsis”, parándose de nuevo ante la capilla al concluir la marcha.
























“La Estrella Sublime” fue la marcha escogida para que la Virgen del Rosario se alejara de la Capilla de la Estrella, seguida después por “Pasan los campanilleros” y por “Virgen de Consolación”. Había cierto retraso, por lo que el tramo de San Jacinto comprendido entre el cruce con Pagés del Corro y la Plaza de San Martín de Porres lo recorrió el paso con gran celeridad, a base de chicotás bastante largas, algunas de ellas a tambor.
Tanto corrió, que al final de la calle el cortejo alcanzó a la Banda del Cautivo de Santa Genoveva, que, cuando obtuvo el permiso de la Policía Local, avanzó para separarse rápidamente de la cruz de guía hacia el Barrio León.
Por su parte, la Virgen del Rosario también pasó con rapidez por la plaza, a tambor, hasta pararse frente al Mercado de San Gonzalo. Aquí, un representante de dicho establecimiento realizó una ofrenda floral y pidió a los costaleros una levantá “por la gente antigua del mercado”, cofrades muchos de ellos que ya no están.
A continuación, el paso se metió por la calle Giralda a los sones de “Mi Amargura”, y en la primera parada en dicha calle se aprovechó para arreglar uno de los candelabros delanteros, que estaba demasiado suelto.




























Con el candelabro arreglado, el paso siguió hasta la revirá a Cristo del Soberano Poder, donde la Banda de la Cruz Roja interpretó “La Madrugá”, mientras el paso giraba lentamente. A partir de ahí, sin embargo, el paso aceleró de tal forma que incluso una acólita mostraba su sorpresa por las prisas que parecía llevar la cofradía.
De hecho, la siguiente marcha, “Santísimo Cristo del Desamparo y Abandono” dio para hacer hasta tres giros: de Cristo del Soberano Poder a Batán, de ésta a Dolores León y desde ella a Ángel Solans. Ya en esta última calle, la banda tocó “Sevilla cofradiera”.













Como en años anteriores, la entrada a la calle Padre Maruri estaba engalanada con un arco de guirnaldas, flores y bombillas. Por ahí pasó la Virgen del Rosario, momento en que se lanzaron cohetes y fuegos artificiales, una de cuyas varillas, por cierto, cayó junto a la gente que se encontraba disfrutando de los últimos momentos de la procesión, aunque afortunadamente no le dio a nadie.
La Virgen alcanzó Padre Maruri con la marcha “Rosario de Monte-Sión”, que fue interrumpida cuando el paso se detuvo para que de nuevo se le cantaran unas sevillanas, que concluían con los versos "Virgen Niña de mi vida, rosa de octubre en mi barrio, rosa de octubre en mi barrio, Dios te salve a Ti, María, Reina mía del Rosario".
A continuación, el paso volvió a levantarse y se acercó a la capilla con la marcha "Siempre la Esperanza". Ya ante la puerta, el capataz pidió que la última levantá se realizara a pulso. Después, con "Encarnación Coronada", la Virgen del Rosario fue girando y acercándose a la puerta, recibiendo una última petalada desde las ventanas de la propia capilla antes de entrar.

















Minutos antes de las doce y media de la noche, y con el Himno Nacional, finalizaba esta salida procesional de la Virgen del Rosario del Barrio León, que por fin pudo realizar el recorrido que sus cofrades llevaban esperando desde hacía dos años.

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