miércoles, 2 de noviembre de 2016

LA PATRONA DE LA FELIGRESÍA DE SANTA CATALINA SE REENCONTRÓ CON SUS CALLES


La Hermandad del Carmen y Rosario de Santa Catalina vivió en la tarde de ayer una nueva jornada de esplendor y clasicismo cofradiero de la mano de la segunda de sus imágenes marianas titulares. María Santísima del Rosario, que es precisamente la Patrona de la feligresía, recorrió su barrio acompañada en todo momento por una importante cantidad de personas y con unas condiciones meteorológicas inmejorables; nada que ver con las del año pasado, cuando la hermandad tuvo que suspender la procesión por la lluvia.
Desde antes de la hora prevista para la salida, las seis y media, las puertas de San Román ya se encontraban abiertas y, de hecho, la cruz de guía entre ciriales comenzó a salir con cierta antelación, iniciándose también el acompañamiento musical de la Banda de Cornetas y Tambores Varón de Dolores, que iba delante anunciando la llegada del cortejo y que en el momento de la salida ocupaba ya los primeros metros de la calle Matahacas.
No faltaron acompañando a la Virgen del Rosario las hermandades que comparten sede y exilio en San Román, las de Santa Lucía y la Exaltación, así como la Real Liga Naval Española, que concedió a la Virgen en 2014 la Gran Cruz del Mérito Marítimo, que también posee la Virgen del Carmen de la misma hermandad.







Con el paso parado aún en el interior del templo, la Asociación Musical de La Algaba, que también acompaña cada 16 de julio a la Virgen del Carmen, tocó el Himno de Andalucía. Posteriormente, en el momento de la salida, sonaría ya sí el Himno de España, entre los aplausos de los presentes cuando la ráfaga superó el arco ojival.
A continuación, el paso, adornado con gladiolos, azucenas y lilium, quedó detenido en el centro de la plaza hasta que el capataz, Emilio Moreno, llamó a los costaleros indicándoles que el llamador lo iba a tocar el párroco, Francisco José Blanc, que vivía por primera vez esta salida, dado que llegó a la Parroquia de San Román el pasado verano.
"Como tú ninguna" fue la primera marcha que interpretó la banda de La Algaba, cuyos miembros estaban en la calle Sol dispuestos a situarse tras el paso cuando éste se encaminara a Matahacas.















Posteriormente, sonó tras la Virgen del Rosario la marcha “Nuestro Padre Jesús”, durante la que cayó desde un balcón una petalada sobre el paso, que presentaba como novedades este año la terminación de la talla de la peana. Además, ha sido restaurado del traje del Niño Jesús y se ha dorado el cetro procesional que la Virgen sostiene en su mano derecha.
Más adelante, en el giro a la calle Escuelas Pías, la banda interpretó “Virgen de la Estrella”, composición que comenzó a tocar una segunda vez, aunque se interrumpió cuando se completó el giro y el paso empezó a andar de frente.
Tras un relevo de costaleros, la Virgen del Rosario siguió su camino con la marcha “El Cachorro. Saeta sevillana”, con la que llegó casi a la Plaza del Padre Jerónimo de Córdoba. Después, por Ponce de León, donde había una gran cantidad de personas y alguna turista despistada que preguntaba si lo que estaba viendo era un paso de Semana Santa, fue el turno de la marcha "Virgen de la Paz", tras la que el paso se detuvo junto a su casa, Santa Catalina, a la que debería regresar más pronto que tarde.








































A continuación, al contrario que otros años, en los que la Virgen del Rosario ha seguido de frente hacia Almirante Apodaca, en este caso el paso tomó Alhóndiga con una lenta y muy bien resuelta revirá a los sones de “Rocío”.
Posteriormente, ya en dicha calle, en una de cuyas paradas se aprovechó para apretar el guardabrisa superior del candelabro delantero izquierdo, la Asociación Musical de La Algaba tocó “Macarena”, de Abel Moreno. Seguidamente, tras una levantá que el capataz quiso dedicar a su nieto, la Virgen del Rosario continuó con la marcha “La Esperanza de Triana”, llegando con ella a la confluencia con la calle Dormitorio, donde contemplaba a la cofradía el hermano mayor del Beso de Judas, José Antonio Moncayo, a cuya hermandad se dedicó la siguiente levantá.
Con “Hermanos costaleros”, la Virgen del Rosario de Santa Catalina salió después a la Plaza del Cristo de Burgos.






















Mientras la banda interpretaba “Coronación de la Macarena”, la Virgen del Rosario giró hacia el lado izquierdo de la plaza y se encaminó hacia la Parroquia de San Pedro, a la que llegó con “La Estrella Sublime”.
A continuación, tras pararse un momento junto a la fachada del templo, el paso siguió adelante a tambor, hasta que inició el giro a la calle Santa Ángela de la Cruz, momento en que sonó el platillo que anunciaba una nueva marcha, que fue en este caso “Esperanza Macarena”, con la que la Virgen del Rosario comenzó a ganar metros rumbo al convento de las Hermanas de la Cruz.























Por delante tenía la Virgen del Rosario, tras el convento de Santa Ángela, el del Espíritu Santo, regresando después por Dueñas, Doña María Coronel, Gerona, Los Terceros y Sol hasta la Parroquia de San Román.
A eso de las diez y media de la noche se completó la feliz salida procesional de la Patrona de Santa Catalina, después de la desilusión del año pasado. La única pega, como decía el hermano mayor al anunciar la suspensión de la salida en 2015, es que todos somos ahora “un año más viejitos” que entonces (ver).

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