lunes, 14 de noviembre de 2016

MARÍA SANTÍSIMA DE LOS DOLORES DE JEREZ, EN BESAMANOS EXTRAORDINARIO


Periodista Cofrade ha visitado Jerez de la Frontera, ciudad grande en el terreno de las cofradías, y en la Parroquia de San Lucas ha asistido al besamanos extraordinario a María Santísima de los Dolores, de la Hermandad de las Tres Caídas, que cada Miércoles Santo recorre las calles de la ciudad gaditana. Calles que se convierten en un río de devoción desbordada en torno, sobre todo, a la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Salud en sus Tres Caídas, pero también a la Virgen de los Dolores.
El motivo de este besamanos extraordinario, que continúa hoy, lunes, es la celebración del 75 aniversario de la llegaba de la dolorosa a la hermandad. Hay que señalar que la Hermandad de las Tres Caídas se funda en 1940 como continuación de la antigua Cofradía de Dolores que radicó en el desaparecido Convento de Belén. La imagen de la Virgen de los Dolores que tuvo dicha cofradía es hoy la Virgen de la Esperanza de la Hermandad de la Yedra, por lo que como nueva imagen titular, los cofrades de las Tres Caídas se fijaron en la antigua Virgen del Traspaso, de la Hermandad del Nazareno, que no recibía culto alguno desde 1891 y que estaba en las dependencias de la cofradía de la Madrugá jerezana. Fue, por tanto, en 1941 cuando la anterior dolorosa del Traspaso fue cedida a la Hermandad de las Tres Caídas y llevada a San Lucas, donde se bendijo con la advocación de María Santísima de los Dolores.
Éste es, en definitiva, el aniversario que los cofrades de las Tres Caídas han celebrado con este besamanos; 75 años de recuperada devoción a una valiosa imagen de dolorosa de autor desconocido, aunque atribuida por algunos estudiosos al círculo de Francesco Maggio, imaginero italiano del siglo XVIII afincado en Jerez.
Para el besamanos, la Virgen de los Dolores se ha presentado a sus devotos en el presbiterio del templo de San Lucas, vestida con la saya burdeos bordada en oro por Esperanza Elena Caro y el manto procesional, bordado en oro sobre terciopelo negro en el Convento de Santa Isabel de Sevilla bajo la dirección de una sobrina de Juan Manuel Rodríguez Ojeda. Asimismo, lucía la corona de salida, un puñal en el pecherín, el alfiler con su advocación en la cintura, dos rosarios en la mano izquierda, que es la que daba a besar, y uno en la derecha, que sujetaba también un pañuelo.
La Virgen se elevaba sobre una peana de madera oscura y carey, y tenía a sus pies una media luna, además de estar flanqueada por cuatro jarras de su paso de palio colocadas a diferente altura y con un variado exorno floral de tonos blancos y morados.
Delante, bajo el arco toral del templo, había siete candeleros del palio con cera blanca a cada lado con las palabras "Mater" y "Dolorosa" bajo cada grupo, mientras que al fondo un gran cortinaje rojo ocultaba el retablo mayor del templo y, ante éste, un dosel de damasco rojo con galones dorados y decoración pictórica en la gotera cobijaba una serie de elementos entre los que podía leerse "Sine Labe Concepta". Hay que señalar que en el centro de la gotera estaba dibujado el emblema de la Merced, que es el que llevan los nazarenos de la cofradía en el antifaz de sus túnicas.
Más información sobre la Hermandad de las Tres Caídas de Jerez en este enlace.


























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