lunes, 6 de febrero de 2017

LA VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS, CON EL MANTO DE LA DUQUESA EN SU BESAMANOS


La Hermandad de los Gitanos celebró durante la jornada de ayer, domingo, el besamanos a María Santísima de las Angustias, que para la ocasión se presentó en el presbiterio del templo, encima de una plataforma alfombrada de color rojo con dos rampas, una a cada lado, para facilitar la subida y bajada de los devotos.
La Virgen de las Angustias estaba sobre una peana de madera tallada y dorada en la que se colocaron algunos jacintos morados y varias calas blancas. La dolorosa que cierra la Madrugá vestía el manto de salida de Fernández y Enríquez, donado a la hermandad por la Casa de Alba, combinado con una saya de terciopelo azul bordada en oro y un fajín hebraico de tonalidades claras. Lucía además la corona procesional, un puñal en el pecherín, un broche en la cintura, una medalla de la Virgen de los Reyes en el fajín y un pañuelo y un rosario en la mano izquierda, mientras que daba a besar la derecha.
Flanqueaban a la Virgen de las Angustias dos jarras de su paso de palio con diferentes especies florales de distintos colores, en tanto que la plataforma sobre la que se ubicaba estaba enmarcada por tres ciriales en cada lado, además del guión sacramental en el lado izquierdo y el estandarte corporativo en el derecho.
Al fondo, un gran cortinaje de damasco rojo tapaba el camarín de la Virgen, y delante del cortinaje estaba el aparatoso altar del triduo celebrado días atrás, con el dosel de la hermandad en la parte más alta y una peana delante donde estos días estuvo presidiendo el altar la propia dolorosa. Ante el dosel se extendía una gran profusión de candeleros con cera blanca y en los extremos estaban las tallas de los evangelistas San Lucas y San Juan, que junto con las de San Marcos y San Mateo figuran en las esquinas del paso de Nuestro Padre Jesús de la Salud.
Por otra parte, en la parte baja del altar veíamos una talla del Niño Jesús, obra de Darío Fernández Parra, en un templete de madera dorada y flanqueado por dos faroles, más jarras del paso de palio y dos de los arcángeles que decoran los costeros también del paso del Señor. Finalmente, en los extremos del altar había cuatro candeleros dorados, dos cada lado, de diferente altura.





























Durante el triduo y el besamanos a la Virgen de las Angustias, la talla del Señor de la Salud ha estado situada en la capilla sacramental del Santuario de los Gitanos, presidiendo el retablo de la hermandad procedente de la Parroquia de San Román, donde recibían culto los titulares de la corporación hasta que salieron de dicho templo. Un altar que actualmente suele presidir una talla de la Inmaculada que ha estado durante estos días en el lado derecho de la capilla.




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