miércoles, 5 de abril de 2017

BESAMANOS EN EL CONVENTO DE LA PAZ A LA PIEDAD DE LA SAGRADA MORTAJA


La Hermandad de la Sagrada Mortaja celebró el pasado domingo el besamanos a María Santísima de la Piedad, que fue situada en el presbiterio alto de la iglesia del antiguo Convento de la Paz, a los pies del retablo mayor, en un culto no apto para personas con movilidad reducida, dada la cantidad de escalones que había que subir, y el hueco en un lateral por el que había que acceder a la mano de la dolorosa.
Salvo ese detalle, que las hermandades en general deberían cuidar más, el altar de este besamanos fue muy bello, con la Virgen de la Piedad, que vestía su manto negro y diadema de salida, y el Señor Descendido de la Cruz rodeados de ángeles del canasto del único paso de la cofradía que cierra el Viernes Santo en actitud de sujetar la sábana con la que el Señor va a ser amortajado, labor que realizan en el paso las figuras secundarias del conjunto escultórico del misterio.
Detrás de ambos titulares había una cruz con un sudario y detrás el dosel de cultos flanqueado por dos pies de madera dorada que sostenían sendas jarras plateadas con calas blancas y rosas de pequeño tamaño.
Delante había dos faroles plateados y a los lados del altar del besamanos estaban los candelabros y los ángeles mancebos de las esquinas del paso de la hermandad, y varios blandones dorados con velas blancas de gas. Finalmente, hay que indicar que un gran cortinaje de damasco rojo ocultaba el retablo y hacía de fondo de todo el conjunto.

























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