jueves, 24 de agosto de 2017

EL MUSEO ESTIVAL DE LA SEMANA SANTA DE LEÓN EN LA IGLESIA DE SANTA NONIA


A falta de la creación de un Museo de la Semana Santa de la ciudad de León, cuya inauguración está prevista para el año 2019, dos hermandades de la capital leonesa mantienen durante el verano (se clausura mañana, viernes 25) el llamado Museo de Verano de Semana Santa en la Iglesia de Santa Nonia, ubicada en la calle del mismo nombre.
La cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno y la de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad, que tienen ambas su sede en Santa Nonia, se unen en verano para ofrecer a los visitantes la oportunidad de conocer parte de la Semana Santa de León a través principalmente de su patrimonio escultórico; aunque también ofrece la ocasión de contemplar con detalle dos de los pasos de sus hermandades totalmente montados.
Hay que tener en cuenta la especial idiosincrasia de la Semana Santa leonesa, y en especial de estas dos hermandades, ya que la Cofradía de las Angustias y Soledad tiene once pasos diferentes (más otro con la Virgen de la Alegría que sale en Pentecostés); mientras que la del Dulce Nombre de Jesús Nazareno tiene trece pasos, en ambos casos ordenados en sus largos cortejos según el momento de la Pasión que representan. Esta última cofradía procesiona en la mañana del Viernes Santo, en la llamada Procesión del Calvario o de los Pasos, mientras que la de las Angustias y Soledad participa cada Lunes Santo en la Procesión de la Pasión con un solo paso, junto a otros dos que pertenecen a la del Dulce Nombre de Jesús Nazareno y a la de Minerva y Vera-Cruz; al día siguiente, Martes Santo, es la Procesión del Dolor de Nuestra Madre, que consta de tres imágenes de dolorosas de la propia Cofradía de Angustias y Soledad; y finalmente, el Viernes Santo, pero sólo de los años pares, tiene lugar la Procesión del Santo Entierro.
Es, como se ve, una Semana Santa muy diferente a lo que estamos acostumbrados y de la que forman parte otras hermandades que salen a las calles en otras jornadas de la Semana Santa leonesa.
Pero, centrándonos en las dos que conforman este Museo de Verano de Semana Santa, vamos repasar todo lo que forma parte de esta exposición estival, comenzando por el patrimonio perteneciente a la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad.
Así, en primer lugar nos detenemos en la imagen del llamado Santo Cristo, un crucificado de autor desconocido de la Escuela Castellana datado en el siglo XVII y procedente del retablo de la cofradía en el Convento de Santo Domingo.


A continuación, vemos el Cristo de la Sagrada Lanzada, obra de 2002 del imaginero sevillano Manuel Hernández León y cuyo paso es portado exclusivamente por mujeres.



Seguimos con la imagen de San Juan Evangelista, realizado en 1982 por Francisco Javier Santos de la Hera y que tiene su propio paso llevado por nada menos que 92 braceros, que es como se llama a los encargados de portar las imágenes.



Contemplamos ahora el paso del Santo Sepulcro, presidido con una imagen de Cristo Yacente atribuida, según un estudio del Ministerio de Cultura, al afamado escultor Juan de Juni en la segunda mitad del siglo XVI. Va dentro de una urna de estilo renacentista de los talleres leoneses de Casa Gago (1944) y sobre un trono de Francisco Javier Santos de la Hera (1990), quien en 2014 incorporó los ángeles de la delantera y la trasera.









Continuamos con el conjunto escultórico de la Virgen de las Angustias con Jesucristo en su regazo, obra de Juan de Angers, compañero de Juni, de la segunda mitad del siglo XVI. Destaca en esta imagen la corona, perteneciente a la denominada Escuela Astorgana del siglo XVIII.




Junto a la Virgen de las Angustias vemos los dos ángeles de Francisco Javier Santos de la Hera (1988) que forman parte del paso denominado de los Atributos de la Pasión. Uno porta una corona de espinas y el otro un cáliz.





A continuación, vemos la imagen de Nuestra Señora de la Soledad, talla anónima de finales del siglo XVIII o principios del XIX, restaurada en 2014 por el sevillano Salvador Madroñal. Toda la orfebrería de su paso, algunas de cuyas piezas también se pueden ver en la muestra, son de los Hermanos Marín.





Y el patrimonio expuesto por la Cofradía de las Angustias y Soledad se completa con un Cristo Yacente del leonés Ángel Estrada Escanciano, tallado en 1964.




Pasamos ahora a la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, cuya devotísima imagen titular preside esta Iglesia de Santa Nonia. Es una imagen de autor desconocido perteneciente a la llamada Escuela Castellana y datada en el siglo XVII. En su salida procesional acompaña al Nazareno un Cirineo de Víctor de los Ríos (1946) sobre el antiguo paso de la sevillana Hermandad de San Gonzalo, sobre el que el misterio del Soberano Poder ante Caifás procesionó hasta 1999, ya que en el año 2000 se estrenó el actual.






Siguiendo con los pasos de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, observamos ahora la imagen de la Flagelación, tallada en el siglo XVI por Gaspar Becerra.


Otro paso es el de la Verónica, cuya imagen talló en 1926 Francisco de Pablo.


También tiene esta cofradía un paso presidido en solitario por San Juan Evangelista, con una imagen que en este caso fue tallada en 1946 por Víctor de los Ríos.


Vemos a continuación la imagen del Ecce Homo, una talla de autor desconocido realizada en el año 1905.


De Francisco Díez de Tudanca (1674) es la imagen que representa la escena del Expolio, que se corresponde con la que en Sevilla se denomina Jesús Despojado. Fue restaurada en 2016.


Seguimos con el Santo Cristo de la Agonía, una llamativa obra de Laureano Villanueva realizada en 1973. Representa, como su propia advocación sugiere, la agonía de Cristo en la cruz en los instantes previos a su expiración.


Y a su lado se muestra al Cristo del paso de la Crucifixión, realizado en 1908 por un autor desconocido.


Concluimos el repaso a lo expuesto en el Museo de Verano de la Semana Santa de León con el paso de palio montado al completo de Nuestra Madre Dolorosa, una talla de rasgos muy humanos, que transmite efectivamente mucho dolor, salida de las manos del imaginero Víctor de los Ríos en 1949.
En esta muestra vemos a la dolorosa vestida con una de las tres sayas negras que posee en su ajuar, además de su manto procesional de terciopelo negro bordado por Saturnino Escudero en 1950 y la toca de sobremanto diseñada por Melchor Gutiérrez San Martín.
En cuanto al palio, hay que subrayar la particularidad de estar confeccionado en guadamecí, es decir, en cuero repujado, brocado y policromado, lo que lo hace verdaderamente personal, con decoración vegetal y de ángeles, todo ello obra de Gutiérrez San Martín y su esposa, Ana Renedo González, en 1979.
También del mismo material, además de ágatas y con decoración vegetal y de ángeles, es el trono del paso, también de Gutiérrez San Martín y estrenado completo en 1996. El palio cuenta con catorce varales, dos más de lo habitual, labrados en 1998 por el orfebre cordobés Francisco Díaz Roncero.
El paso se ilumina en la parte frontal únicamente por doce candeleros, seis a cada lado, ya que la dolorosa se coloca muy adelantada, por lo que el resto del paso lo ocupa hasta la trasera el largo manto, mientras que en los espacios entre los varales hay figuras de ángeles.












Por último, y aunque no ha formado parte del Museo de Verano de la Semana Santa, no queremos dejar de mencionar otro de los pasos que conforman la procesión de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, como es el de la Exaltación de la Cruz, un misterio realizado por el sevillano José Antonio Navarro Arteaga en el año 2000, siendo el paso más reciente de los que componen esta completa corporación. Precisamente, este misterio ha sido el protagonista del cartel anunciador de la Semana Santa de 2017 que ha editado la propia hermandad.


Para quienes somos capillitas 'jartibles', encontrar contenidos relacionados con las cofradías y la Semana Santa en cualquier viaje es un placer, especialmente porque conocer otras formas de celebrar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús siempre enriquece.
La cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno y la de Angustias y Soledad son perfectamente conscientes de la importancia que supone mostrar su patrimonio al visitante, por lo que, sin esperar a que el Museo de la Semana Santa sea una realidad en un par de años, se han comprometido con este Museo de Verano que, sin duda, ha sido un atractivo más dentro de la gran riqueza artística, patrimonial y cultural que encierra una ciudad imprescindible como es León.

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