martes, 12 de diciembre de 2017

INMACULADA 2017: DIVINA PASTORA


Los pasados viernes y sábado, la Divina Pastora de Santa Marina estuvo expuesta a la veneración de los fieles en besamanos en su capilla de la calle Amparo, donde fue ubicada en el presbiterio alto, elevada sobre una alta peana de madera dorada.
La imagen vestía una saya blanca de tisú y mantolín celeste, ambos bordados en oro, así como la pelliza que, como es habitual, estaba cuajada de medallas, broches, cruces y una mariposa en el lado izquierdo. Estaba tocada con su sombrero de flores doradas y un aro de estrellas, y sujetaba con la mano izquierda un cayado y dos azucenas bordadas. La derecha, que daba a besar, la posaba sobre la cabeza del cordero y a sus pies tenía una media luna dorada.
Junto a la peana había unos jarrones dorados con flores de talco, mientras que a su lado y detrás se distribuían cuatro pequeñas tallas de arcángeles de mediados del siglo XIX de la Hermandad de Santiago Apóstol de Castilleja de la Cuesta, colocadas sobre sendas columnas doradas de capitel corintio, siendo las de detrás más altas y de estilo salomónico.
Al fondo, un gran cortinaje de damasco rojo cubría el camarín de la Pastora y ante él había un pabellón con dos paños de terciopelo abiertos en el centro para dejar ver el resplandor del Espíritu Santo que antiguamente llevaba el paso del Sagrado Decreto de la Trinidad, en el que, cubriendo la paloma que se sitúa en el centro, había una talla de la Inmaculada entre ángeles y otra paloma en la parte superior.
A cada lado del resplandor había dos tallas que representaban a San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen, y dos candelabros de cinco velas blancas cada uno. Además, a izquierda y derecha del presbiterio había unas mesas de madera dorada con candelabros y grandes rosas blancas, flores que también estaban en el suelo ante la Pastora y en la parte baja del presbiterio, junto a varios blandones dorados.


























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