viernes, 9 de febrero de 2018

EL RESTAURADO MANTO DEL DULCE NOMBRE, EN EL CÍRCULO DE LABRADORES


La sede del Círculo de Labradores acoge desde ayer y hasta el próximo jueves la presentación del manto de María Santísima del Dulce Nombre, de la Hermandad de la Bofetá, que ha sido restaurado durante el último año por Jesús Rosado en su taller de Écija.
En el patio del edificio, en la calle Pedro Caravaca, se muestra en posición vertical esta joya del bordado realizada por Juan Manuel Rodríguez Ojeda en 1924. Fue confeccionado en terciopelo azul con bordados en oro y ahora puede contemplarse en todo su esplendor tras una intensa labor que ha puesto fin al gran deterioro que sufría desde hacía años.
Para la restauración del manto, la hermandad creó una comisión técnica compuesta por los historiadores de arte Andrés Luque Teruel, Francisco Ros González, Francisco Javier Sánchez de los Reyes, Álvaro Dávila-Armero y Alicia Iglesias Cumplido. En un primer momento, se realizó un informe diagnóstico sobre el estado del manto para posteriormente reconstruir exactamente el dibujo original, labor llevada a cabo por Rafael Rueda. Después se identificó la tonalidad exacta del color y tejido del terciopelo, se extrajeron y limpiaron cada una de las piezas de bordado de la obra, y se reintegraron las lagunas detectadas por falta o deterioro de los materiales originales, utilizando para ello hilos de oro de primera calidad similares a los de 1924. La última parte del complejo proceso fue la aplicación de los bordados en un nuevo soporte de terciopelo azul.
Hay que indicar que este manto, así como el conjunto de las bambalinas y techo del palio de la Virgen del Dulce Nombre, fueron realizados en un momento de madurez artística de Rodríguez Ojeda, quien permaneció activo durante aproximadamente medio siglo, trabajando a lo largo de ese tiempo con diferentes bordadoras, como las Hermanas Antúnez, Emilia Salvador Ybarra o su propia hermana, Josefa Rodríguez Ojeda.
En concreto, en el manto del Dulce Nombre se pueden apreciar elementos basados en otros anteriores aplicados por el bordador en importantes piezas de su creación, como el manto de la Virgen de la Victoria de Las Cigarreras o el manto de malla, el conocido "camaronero", de la Macarena.
En cuanto al restaurador y bordador Jesús Rosado Borja, posee una amplia trayectoria iniciada como aprendiz junto a las hermanas filipenses de Écija, donde posteriormente abrió taller propio en 1992. Desde entonces ha trabajado en un gran número de hermandades de Sevilla y de fuera, tanto en su labor de restaurador, como en el bordado de obras propias. Hay que destacar, por ejemplo, la restauración de los mantos de la Virgen de las Lágrimas y la Virgen de Loreto, la del palio de Santa Genoveva o la renovación del palio de la Virgen del Mayor Dolor en Su Soledad, de la Carretería. Además, ha sido elegido por la Hermandad del Valle para la necesaria restauración de su antiquísimo palio.




















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