martes, 13 de marzo de 2018

RÁPIDO TRASLADO DE LA ESPERANZA A SU CAPILLA PARA ESQUIVAR LA LLUVIA


En la noche de este lunes tenía lugar el traslado de regreso de Nuestra Señora de la Esperanza de Triana desde la Parroquia de Santa Ana, donde ha tenido lugar el septenario en su honor, hasta la Capilla de los Marineros.
Fue un traslado rápido debido a la llovizna que precisamente comenzó instantes antes de la salida del cortejo. De hecho, la cruz alzada entre ciriales que lo encabezaba salió de Santa Ana cerca de las nueve de la noche y se paró a la altura de la misma cancela de acceso al templo mientras las andas de la Virgen de la Esperanza se acercaban a la puerta; sin embargo, comenzó una leve llovizna que hizo que los acólitos que portaban la cruz y los ciriales dieran marcha atrás y volvieran al interior.
La llovizna desapareció y, minutos después, de nuevo comenzó a salir con celeridad el cortejo a la Plazuela de Santa Ana y detrás la Esperanza de Triana, recibida en la calle por la Banda de Música Santa Ana de Dos Hermanas, que seguidamente comenzó a tocar "Esperanza de Triana Coronada".
Con bastante rapidez por si volvía la lluvia, las andas giraron a la derecha y se encaminaron a la calle Vázquez de Leca, desde la que salió a Pureza, en la que paró un instante antes de continuar. Cerca ya de la capilla la banda interpretó "Esperanza de Triana", de Manuel Marvizón, y la última marcha ya delante de la puerta fue "Triana de Esperanza", con numerosas personas cantando su Salve en la parte final de la composición de Claudio Gómez.
Mirando hacia la calle, la Esperanza de Triana procedió a entrar en la capilla, lo que hizo en menos de media hora desde que salió de Santa Ana. Y una vez dentro, el coro de la hermandad cantó una composición a la Virgen, seguida de la Salve a la Esperanza de Triana, cantada ahora por todos los hermanos que llenaban la Capilla de los Marineros, como ocurre cada mañana de Viernes Santo al regresar la cofradía a su casa.
Hay que indicar que la Esperanza vestía el manto verde bordado en oro por Hijos de Olmo y estrenado hace ahora cien años, la toca de los volantes reproducida por Reyes Franco de la Rosa en 2008, la saya de terciopelo rojo bordada en oro por Fernández y Enríquez, y un fajín hebraico. Lucía además la corona de metal sobredorado de Gabriel Medina, de 1937, un puñal y un ancla en el pecherín; mientras que en la mano derecha tenía un pañuelo y en la derecha, un salvavidas.
La próxima vez que la Esperanza de Triana salga a las calles será en la Madrugá y en su paso de palio, cuyo montaje ya ha comenzado en el interior de la Capilla de los Marineros.






























No hay comentarios:

Publicar un comentario