Pues bien, en el día de ayer, Miércoles de Ceniza, el cabildo de hermanos aprobó la propuesta de la junta de gobierno de forma que la cofradía que cierra el Martes Santo retomará su clásico itinerario que tuvo que abandonar a finales de los 60, cuando el crecimiento del día empezó la complicar las cosas.
Así, Santa Cruz se pondrá en la calle a las ocho y diez (aproximadamente una hora más tarde) y se encaminará hacia la Plaza Virgen de los Reyes, donde en ese momento estará saliendo de la Catedral el palio de San Esteban y luego los Estudiantes. Esa primera parte en silencio de la cofradía universitaria será aprovechado por Santa Cruz para encaminarse hacia Placentines y desde allí a Alemanes, Argote de Molina, segundo tramo de Placentines, Francos, Chapineros, Álvarez Quintero y Plaza del Salvador, para buscar después Cuna, Orfila y Javier Lasso de la Vega, y entrar en Campana desde el Duque.
También habrá una modificación en el itinerario de vuelta, que será hasta su parroquia el mismo que el de San Bernardo: de Virgen de los Reyes a la Plaza del Triunfo, Joaquín Romero Murube, Plaza de la Alianza, Rodrigo Caro y Mateos Gago. La entrada se prevé para la una y diez de la madrugada.
Por tanto, como decíamos, es un itinerario revolucionario por lo que supone de cambio respecto al de las últimas décadas, pero al mismo tiempo clásico, porque es el que durante muchísimos años tuvo la cofradía hasta que no hubo más remedio que renunciar a él.
El principal problema se planteaba en el paso por la Plaza Virgen de los Reyes, plagada de sillas y vallas en una hora central de la jornada. Sin embargo, la cofradía discurrirá junto a la fachada del Palacio Arzobispal para evitar que haya que mover sillas y a sus correspondientes usuarios (como había que hacer hasta ahora en el itinerario de vuelta, aunque a una hora en que ya eran pocos los abonados que las ocupaban). Las que sí sobrarán serán algunas vallas.
La propuesta es, cuanto menos, arriesgada. Cualquier retraso en las hermandades precedentes causaría el clásico efecto de la pescadilla que se muerde la cola. Hay que tener en cuenta que Santa Cruz subirá la Cuesta del Bacalao justo después de haberlo hecho los Javieres y San Esteban, e inmediatamente antes de San Benito. En total, cuatro hermandades seguidas (lo que no ocurre en ninguna otra jornada) por la misma zona (tres de vuelta y una aún de ida). En caso de retraso, San Benito bloquería a las que vienen detrás. Es cierto que el cortejo de Santa Cruz es más corto que el de los Estudiantes, pero también es verdad que San Esteban ralentiza su itinerario de regreso, aunque sólo coincidirá en su recorrido con Santa Cruz hasta la esquina de Francos con Chapineros.
En cualquier caso, son muchos los factores a observar que en realidad no se sabrá cómo se engarzan hasta que se pongan todos en práctica el próximo Martes Santo. En el lado positivo, sin duda, habrá dos aspectos fundamentales: el reencuentro de Santa Cruz con un itinerario perdido que dejará momentos muy destacados, y el mantenimiento del recorrido por la Alcazaba a una hora más tardía y seguramente con menor cantidad de público, lo que contribuirá a disfrutar de la hermandad con más tranquilidad.
Estaremos atentos, por tanto, a lo que ocurra. Lo que ya es seguro es que el Martes Santo de 2012 tendrá un carácter a medio camino entre lo clásico y lo experimental.
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