viernes, 3 de octubre de 2014

LA HERMANDAD DE LOS SASTRES REDUJO SU ITINERARIO PARA EVITAR LA LLUVIA


La Hermandad de los Sastres vivió el pasado sábado una salida procesional reducida casi al máximo para poder evitar la lluvia que se esperaba para la noche, lo que le hizo dar poco más que una vuelta a la manzana en menos de dos horas.
De las cuatro cofradías de gloria que salen el último sábado de septiembre, la de los Sastres ha sido en los últimos años la primera, al salir de San Ildefonso a las seis y media de la tarde. Este año, sin embargo, la cofradía había decidido salir una hora más tarde, aunque finalmente, por recomendación de la Policía Local, repartida entre varias actividades y procesiones previstas para esa jornada (entre ellas, unas cuantas procesiones de las llamadas 'piratas', que por alguna razón siguen existiendo), la salida no se produjo hasta las ocho y media, siendo, por tanto, la última en salir.
Ello perjudicó a la hermandad, ya que las previsiones de lluvia hicieron que tuviera que renunciar a gran parte de su itinerario (el rodeo por Santa Ángela de la Cruz, Gerona y Doña María Coronel), dejándolo en Boteros, Sales y Ferré, y Plaza del Cristo de Burgos, para desde ahí tomar directamente por Dormitorio, Alhóndiga y San Leandro hasta San Ildefonso.
La brevedad de la salida, que duró casi lo mismo que la de la Virgen de los Reyes de la Catedral en la mañana del 15 de agosto, no impidió poder disfrutar de momentos de gran sabor cofradiero junto a esta otra Virgen de los Reyes, cuya procesión contó con varias novedades.
Una de ellas estuvo en el propio cortejo procesional, ya que tras la cruz alzada y faroles, y varias parejas de hermanos con cirios, iba por vez primera el banderín del Colegio San José de las Madres Mercedarias, que tanta relación mantiene con la Hermandad de los Sastres.
Las hermandades de la Virgen de la Luz de San Esteban y la Sacramental de San Ildefonso acompañaron con sus estandartes todo el recorrido, y tras ellos figuraba el estandarte de la propia cofradía de los Sastres.






Rosas blancas y nardos exornaban el paso de palio de tumbilla de la Virgen de los Reyes, que venía precedido por cuatro ciriales y que presentaba un importante estreno. Después de varios años en los que la hermandad ha contado con la cesión de faroles por parte de otras hermandades, como Pasión o los Servitas, en esta ocasión los costeros del paso han estado iluminados por cuatro nuevos faroles labrados por Juan Fernández con tres puntos de luz cada uno (un farol central y dos guardabrisas).
La Virgen ha llevado este año un manto carmesí, en tanto que el Niño Jesús vestía un traje blanco con un mantolín, estrenado en 2013, del mismo color que el manto de la Madre.
Como queda dicho, por Boteros buscó el cortejo la calle Sales y Ferré, desde la que salió a la Plaza del Cristo de Burgos, mientras la Banda de Música de María Santísima de la Victoria, de las Cigarreras, interpretaba marchas como "Virgen de la O" y "Pasan los Campanilleros".














Tras dejar atrás esa parte del itinerario previsto que tendrá que esperar al año que viene, el palio de tumbilla, comandado por Carlos Yruela y sus auxiliares, tomó directamente la calle Dormitorio. Sin embargo, la Virgen de los Reyes no avanzaba deprisa, sino con la tranquilidad de saber que, en caso de que la lluvia se adelantara, no estaría en ningún caso demasiado lejos de casa.
"Coronación de la Macarena", "Margot" y "María Santísima del Subterráneo", ésta en el giro de Dormitorio a Alhóndiga, fueron las marchas que sonaron en esta zona detrás de la Virgen que extiende la advocación de la Patrona a la antigua Judería.
















A la Plaza de San Leandro llegó la Virgen de los Reyes con la marcha "Madrugá Macarena", que tanto se está interpretando últimamente, a la que seguirían "Esperanza Macarena" y "Virgen del Dulce Nombre". Ante el convento de las Madres Agustinas, dos de los capataces miraban el reloj y comentaban que al final la entrada se iba a producir más o menos a la misma hora de años anteriores; aunque eso sólo iba a ser posible gracias al tijeretazo en el itinerario que las malas previsiones meteorológicas habían provocado.
Pero aún había tiempo para disfrutar, como ese costalero que lanzó un "olé" cuando supo que la siguiente marcha sería "Y en Triana, la O". Efectivamente, ésta fue la composición con la que la Virgen de los Reyes alcanzó la calle Zamudio.

























En el tramo final de esta reducida salida procesional, la Virgen de los Reyes fue ganando metros, sin prisa pero sin pausa, con las marchas "Rocío", "Triana tu Esperanza" y "Macarena", de Emilio Cebrián, con la que el palio de tumbilla se plantó ante la fachada neoclásica de San Ildefonso, perfectamente iluminada para resaltar la monumentalidad de este templo.














Tras la última levantá en la calle, la Banda de las Cigarreras empezó a tocar el trío final de "Pasa la Virgen Macarena", mientras el palio de la Virgen de los Reyes iba girando y subiendo la rampa instalada ante la puerta. Sólo cuando el paso estuvo completamente dentro del templo, la banda interpretó el Himno Nacional.







Pese a lo breve de la salida procesional, la Hermandad de los Sastres pudo completar un año más el encuentro de la Virgen de los Reyes con su barrio en las calles, en una procesión de gloria que poco a poco se va haciendo un hueco entre las imprescindibles.

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