martes, 24 de febrero de 2015

LA HINIESTA CELEBRÓ UN BESAMANOS Y BESAPIÉ CONJUNTO POR SUS 450 AÑOS


En la fecha habitual de celebración del besamanos a la Virgen de la Hiniesta, su hermandad ha hecho coincidir este culto de la dolorosa con el besapié al Santísimo Cristo de la Buena Muerte, que normalmente tiene lugar a finales de enero.
El motivo ha sido la conmemoración del 450 aniversario de las primeras reglas como cofradía de penitencia de la Hermandad de la Hiniesta, una efeméride que la corporación ha querido celebrar exponiendo a la devoción de los fieles a sus dos titulares penitenciales.
Para este culto se montó un completísimo altar en el presbiterio de la Parroquia de San Julián con la Virgen de la Hiniesta delante, vestida con su manto azul de salida y la saya burdeos, de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, además de lucir la corona de salida de Manuel Seco. Sobre el pecherín llevaba el broche con su advocación, el puñal de oro de salida, la cruz pectoral de coral y oro, y la Medalla de la Ciudad que pertenece al ajuar de la Hiniesta Gloriosa.
La dolorosa se encontraba sobre una sencilla peana dorada y estaba entre cuatro jarras de su paso de palio con flores blancas de variadas especies y dos candelabros de plata con cera blanca. Detrás, estaba el Cristo de la Buena Muerte colocado en posición vertical, entre las jarras de las esquinas de su paso con flores de tonos rojos.
De fondo, ante el retablo mayor de San Julián se montó un cortinaje rojo ante el que se colocó un dosel con una pintura de Dios Padre realizada por Antonio Díaz Arnido a modo de gotera. Bajo ésta, había unas cortinas abiertas sujetas por dos ángeles que dejaban ver la gloria del antiguo paso de palio de la Hiniesta.
Debajo, se dispuso una mesa dorada con el libro de reglas y otros dos más entre guardabrisones. Flanqueaban al dosel sendos ángeles mancebos que sujetaban la bandera cruzada roja y azul, y la bandera pontificia. Todo ello estaba elevado sobre los antiguos respiraderos de plata y malla del paso de palio que actualmente se utilizan en las procesiones de la Hiniesta Gloriosa en el Corpus.
Completaban el montaje dos de los candelabros de las esquinas del paso de la Hiniesta Gloriosa y cuatro pequeños candelabros de plata, dos de ellos con cera blanca y otros dos, cerca del crucificado, con cera color tiniebla.












































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